Las insolencias, atrevimientos, provocaciones y groserías de Henrique Capriles han sido muchas y variadas que van desde insultos al pueblo hasta sus reptiles posiciones extranjeras con tal de que los Estados Unidos invadan a Venezuela, haya una guerra de consecuencias ilimitadas, impredecibles y saquen del poder al gobierno chavista y legítimamente presidido por Nicolás Maduro. Su brutalidad y torpeza no se cansa de tocar fondo, su caprichito de ser presidente se lo metió su mamá en la cabeza y, como todo malcriado, pues se desvela con su juramentación y puesta de banda presidencial, aunque sea sólo él en el baño de su casa. Sin embargo, lo que sí es intolerable, lo que sí ha sacudido los cimientos de paciencia y de respeto de la gran mayoría del pueblo venezolano es que este mequetrefe de la política, esta basura despreciable, apátrida y pitiyanqui se haya metido con la memoria de nuestro gigante Hugo Chávez, nuestro comandante Supremo, a quien despectivamente calificó de comandante “Galáctico”. Toda una vulgaridad que choca con la empatía y el amor que el pueblo venezolano, incluyendo muchos opositores, quienes respetan y valoran la obra política de un hombre que dio su vida por dejarnos un legado y una patria digna para seguir edificando el bienestar y la felicidad de nuestros hijos y los niños del mañana.
Chávez, con toda una personalidad pintoresca y sencilla supo oír, entender y atender la voz de un pueblo humilde, noble y libertario, que durante siglos fue oprimido por cúpulas y grupúsculos perversos que saquearon este suelo y sus riquezas para sus beneficios propios y donde Capriles y su familia supieron negociar con el poder político cuartorepublicano para llevarse parte de la tajada a costilla del sacrificio de una población que se desmedraba mientras el petróleo salía regalado para los Estados Unidos. Ese es Capriles un chulo de la política, un personajillo que ni siquiera se sabe si se graduó o no en esa universidad privada y elitesca, que su papá le compró un puesto de diputado cuando las mafias de AD y COPEI dominaban este país. Por eso la indignación de las grandes mayorías contra este bandolero político de haberse metido con la memoria de un hombre como Chávez quien en varias oportunidades entregó su vida por este pueblo al cual amó hasta el último segundo de su vida. Chávez un hombre noble y gigante a la vez, que fue reconocido por casi todos los presidentes del mundo, que vieron en él todo un poderío de amor por los pueblos, por los desposeídos, por los más humildes, por los más necesitados.
De allí que rechazamos profundamente las palabras de Capriles que ofenden no sólo la memoria de nuestro Gigante y la de su familia sino la de las mayorías porque este insolente de Capriles aún no ha comprendido que Chávez somos todos, que somos los hijos de Chávez y que vamos a seguir dando la pelea hasta la muerte, por defender este legado y esta Patria que hemos heredado para que todos podamos vivir en armonía y en bienestar, incluyéndolo a él mismo pero dentro del marco legal y dentro de una relación de respeto y cordialidad.
En reiteradas ocasiones hemos mostrado nuestra tolerancia, ejemplo sobran desde el golpe del 2002 y el subsiguiente paro petrolero, hasta el pasado 15 de abril cuando este mismo malandro de Capriles mandó “a salir a las calles a drenar la arrechera” que dejó un saldo de 13 muertos en el país. Por cierto que en Barinas fueron detenidos 11 opositores desestabilizadores que venían de Socopó a incendiar la ciudad de Barinas y fueron atrapados con la respectiva pólvora. Hasta allí hemos sido tolerante, inclusive con todos los fallos de las instituciones públicas que han dejado en libertad a quienes creemos forajidos y delincuentes; pero los chavistas, los militantes del Psuv y del Gran Polo Patriótico, hemos tolerado el estado de derecho, las instituciones y hemos defendido la democracia. Sin embargo, lo que sí no toleramos y rechazamos públicamente es la ofensa de Capriles a Chávez y le exigimos públicamente que se retracte de sus palabras desmedidas e insolentes.
