La iconografía revolucionaria

Todos los medios son útiles cuando se trata de defender lo nuestro. El país se encuentra bombardeado por vectores invisibles que operan sobre elementos concretos. El gobierno, no por per se tiene a varios gobiernos extranjeros de unas cuantas naciones operando en esta guerra. En otras palabras, se busca derrumbar al gobierno del presidente Nicolás Maduro, o sea, al gobierno revolucionario bolivariano, tres categorías que implica una verdadera democracia: Gobierno, ente que de verdad gobierna para desarrollar a la nación, no a un solo sector social económicamente hablando, sino a la nación entera; Revolucionario, por la gran cantidad de cambios que rompen con un pasado dramático, perverso, mezquino, empobrecedor, para implementar políticas públicas de carácter social donde se generan riquezas, pero sobre todo riqueza intelectual, mental, sicológica, económica, cultural y política en relación a lo que se refiere al carácter y bienestar nacional; Bolivariano, pues nos trajo todo el legado, la visión, las aspiraciones por las que luchó nuestro libertador: soberanía, independencia, patria, desarrollo (moral y luces son nuestras primeras necesidades).

Ante este panorama actual, cabe preguntarse por qué operan los contrarios, los pitiyanquis, la oligarquía, los sifrinitos con cerebros de repollo tamaño maní. Puesto que venderse, dejarse manipular, estar en contra de lo que es y lo que representa Venezuela, no se les pueden adjetivar de otras cosas, sino de vulgares opositores, de asesinos, de corruptos, no hay otra vía para compararle sino de esa forma, por más que se haga un esfuerzo mental sano, jurídico.

Hablar de pobreza mental es poco, esa gente debe ser enjuiciada, deben estar presas, demócratas no son, no respetan las leyes, conspiran contra la nación, ya que al operar para el imperio para regalarles los recursos petroleros, mineros, agrícolas o vayan a las manos de las garras de las grandes corporación internacionales, no tiene nombre. No tiene espacio en la deuda y demanda social que viene reclamando la gran mayoría de los venezolanos, de allí ese apoyo masivo hacia Chávez, ahora hacia Nicolás Maduro.

Dentro de ese escenario, hay puntos débiles en que cae la población y que los medios informativos exageran para crear el pánico: desestabilización. Hay medios, que están conspirando desde hacen años contra la revolución.

Pero ante tal debilidad vale la pena mantener una constante iconografía del comandante y de Nicolás que pegue, conecte con el pueblo, esa iconografía (una imagen expresa más de mil palabras), debe resaltar el amor que expresó el presidente comandante Hugo Chávez cada vez que besó, abrazó, rió, lloró con su pueblo, cuando hizo entrega de una llave de una casa, de un carro.

Una imagen que muestre la entrega de un cheque para un proyecto agrícola, para financiar otras inversiones productivas. Chávez usando el vergatario, la Canaimita, etc., y lo mismo deben hacer con Nicolás.

Esta estrategia daría un apoyo, fuerte, constante y permanente, ya que la memoria sino se mantiene activa, olvida. Asi se multiplica Chávez, su lucha, el ícono tiene una fuerza moral y ética que traspasa lo imaginario, se hace real, patético, y si cabe, una actitud diaria. Hay una fuerza enorme, él lo sabía, debemos acudir a su fuerza.

Con la especulación y acaparamiento, vale iconografía, video actual de las empresas productoras, procesadoras, comercializadoras y expendedoras, es decir, desde el campo hasta el supermercado. Además de sacarle punta a las incautaciones de alimentos, de los acaparamientos.

Por otra parte, ¿Cómo lidiar con los saboteos eléctricos, dentro del Metro, en Sidor o en cualquier otra gran empresa, aquí vale políticas de inteligencia social, de desplegar a un ente especial para ello, se debe averiguar a cada uno de los que se tengan referencias de saboteadores, recuerden que no se trata de una casería de brujas, lo que se busca es prevenir, y la auditoria y supervisión deben ser permanentes.

Desde concejales, alcaldes, de los concejos comunales, de las mesas de trabajo, de las comisiones de los cuerpos legislativos, comisiones de los ministerios del gobierno, en fin hay vía, formulas y sobre todo disposición política del ciudadano en defender su patria, en defender el legado Bolívar-Chávez. Vacilar es perderse.

Todos tenemos el deber de luchar por la grandeza del país, la patria lo es todo, es primero, y en eso, las correcciones y los retos son enormes. Hoy, hay capacidad para transformar la conciencia, hay inteligencia para salir de los atajos, para triunfar, para lograr el éxito de la nación democrática y socialista.

¡A ganar el próximo 8 de diciembre! ¡Viviremos y triunfaremos!


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Miguel Angel Agostini


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