Así en diminutivo, para demostrar de entrada el cariño que profesamos a nuestros diputados de la derecha. Ellos, que trabajan denodadamente en sus negocios, perdón, en sus asuntos, que bien sabemos es en beneficio del pueblo que los ha elegido y que valientemente rechaza con vehemencia las medidas arbitrarias, tomadas por el presidente Maduro para rebajar los “justos” precios que la burguesía le había puesto a los productos de consumo general de una población que, con paciencia, esperaba disfrutar unas navidades por todo lo alto de los precios establecidos.
Uno que es duro de sesera no termina de entender algunas cosas, que quizá sean obvias para el resto de los opinantes del tema político nacional. Pongamos un ejemplo: ¿por qué el camarada Maduro tiene que estar desperdiciando pólvora en zamuros. “Águila no caza moscas” decía a cada momento el camarada Chávez y con ello – demostrando una perspicacia política sin igual- mantenía a distancia los enemigos y no les daba deliberancia alguna. Eso es parte del legado de Chávez ¿o no? Parece que a veces no atinamos a dilucidar qué aprender de él, no creo que le corresponda al Presidente estar señalando la llegada de Cochiola y la regia bienvenida dada por la oposición venezolana, ¡por favor!
Que tenemos que hacer la denuncia es lógico y necesario. Que tenemos que desenmascarar a la oposición en cada uno de sus desmanes y barbaridades es natural y obligatorio. Pero por qué Maduro debe tirarse a sus espaldas esa tarea, para qué están los diputados (y no digo el presidente de la Asamblea Nacional que hace lo suyo, al igual que otros pocos y sería muy mezquino no reconocerlo), esa mayoría de personas que despiertan muchas dudas en torno a su trabajo legislativo aparte de calentar curules. Ahora, en circunstancias en que han sido aliviados de buena parte de su labor transfiriéndosela en habilitante al Presidente sería bueno verlos desplegados en la calle denunciando lo que deben y les corresponde.
Tengo el recuerdo (que el Presidente debe compartir) de una consigna orientada por la Liga Socialista : “No mantengamos vagos en el Congreso”. En el contexto de la lucha revolucionaria contra los gobiernos entreguistas de la Cuarta, esa consigna demostró su fuerza en el saldo organizado obtenido entonces. Es evidente que ahora no tiene vigencia habiendo mayoría de diputados de izquierda en la Asamblea, pero que bueno sería que estos la tuvieran presente para que sirviera de acicate a su actividad de políticos comprometidos con un proceso y así despejar las dudas en torno a las verdaderas intenciones que tienen algunos diputados de la bancada de izquierda.
Alguien que lea esto podrá argumentar que estoy exagerando, que estoy arrojando sombras sobre la probidad revolucionaria de los nuestros y podrá estar en lo cierto al juzgarme demasiado duro, pero al igual que Maduro a mí también me hierve la sangre y me indigna ver, ya no las marramuncias de los delincuentes opositores de la asamblea que para eso están y siempre las cometerán por muchos llamados que se les haga a portarse bien, como sí la actuación de algunos de los nuestros que parecen jugar para el otro equipo. ¿Cómo es posible que, en el pasado reciente, casi se apruebe una ley para privatizar las aguas? Que de no ser por los buenos oficios de Luis Brito estaríamos bien jodidos. Y más reciente el merodeo de la siniestra Monsanto por los predios de la Asamblea.
A veces es necesario exagerar, si es que lo he hecho, para prevenir. Lástima que es tan poco lo que por este medio se pueda hacer en comparación con otros que tienen tanto peso en el gobierno y manejan poderosos medios como es la televisión, que despliegan verdaderas batallas mediáticas para lograr la excarcelación de delincuentes, cuando deberían, digo yo, aprovechar su influencias para promover como posibles diputados a verdaderos defensores del proceso revolucionarios como son las víctimas de Puente Llaguno. ¿O no?
Saludos a todos.
