Otra jugada maestra en el tablero del ajedrez político venezolano, realizó el presidente obrero Nicolás Maduro, con la convocatoria a Miraflores (Palacio de Gobierno) de los gobernadores y alcaldes de oposición, para a través de un diálogo franco, en el marco de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, de respeto mutuo y reconocimiento del otro, trazar lineamientos que permitan trabajar por el país independientemente de la orientación política de cada uno de los electos en sus cargos.
La jornada sirvió para iniciar un diálogo necesario y productivo, no de cúpulas sino de quienes tienen responsabilidades de gobierno a las cuales llegaron por voluntad popular y de cuya ejecutoria espera mucho el pueblo que les dio el voto y así lo reconocieron todos quienes se ajustaron a las normas establecidas por el Ejecutivo Nacional, para alcanzar este punto de equilibrio.
Evidentemente que no todos fueron sinceros en sus intervenciones. Quienes han estado comprometidos en la actividad golpista y que tienen cuentas pendientes con la justicia, que más temprano que tarde tendrán que enfrentar por violaciones a los derechos humanos, fueron más que a presentar proyectos para beneficio colectivo a exigir con altisonancia, que el presidente Maduro, utilice la Ley Habilitante, para certificar la impunidad, de quienes de siempre han cometido abusos de lesa humanidad, en sus tiempos de dirigentes de la IV República, período nefasto el cual solamente es comparable con el Augusto Pinochet en Chile.
Presenciando el debate por más de cuatro horas, sentimos sensaciones diversas, a veces de rabia, porque no, y, a veces de risa con solo ver la cara de desvergonzados sicarios del pasado y corruptos hasta hoy en los cargos que por lenidad del pueblo ingenuo ostentan en la administración pública, pidiendo cuentas de supuestos hechos de corrupción en el gobierno actual y clamando por democracia y perdón para los presos políticos, como si el pueblo fuese el mismo pendejo de los 80, para creerles semejante tropelía, cuando es público, notorio y comunicacional, que en el período revolucionario, solo hay delincuentes políticos presos, con acusaciones y juicios por los tribunales ordinarios, que están bien distantes de calificar, como presos de conciencia, que si abundaron en la IV República.
En los 14 años de periodo revolucionario, ha habido más que libertades, libertinaje, permitiendo que delincuentes políticos estén gozando de libertad plena y con todos los derechos del ciudadano decente, gracias a la mano blanda de nuestros órganos de justicia. Es de conocimiento de todo el colectivo nacional e internacional, que en las instancias de elección popular hay sujetos que por los delitos que han cometido, homicidios, asalto a embajadas, asalto a hogares y secuestro de funcionarios públicos en ejercicio, traición a la patria y demás actos delictivos, debieran estar purgando condenas; sin embargo están ejerciendo cargos de gobernadores, alcaldes, diputados a la Asamblea Nacional y, de jefes políticos de grupos, que juegan a la desestabilización descaradamente, desafiando al gobierno y lo más peligroso al pueblo, que en cualquier momento pudiera reaccionar y es difícil predecir las consecuencias.
Pero más allá de la conducta de estos payasos del imperio, que afortunadamente se están quedando solos, hubo una mayoría de burgomaestres opositores, que concurrieron al llamado presidencial, no para perder el tiempo en bravuconerías extemporáneas, sino para presentar proyectos y ofrecer su cooperación para desarrollar los planes de gobierno enmarcados en el Plan de la Patria, que son los lineamientos maestros para el desarrollo armónico del país.
En esta tónica estuvieron dirigentes de los viejos partidos de la IV República, que han comprendido que trabajando armónicamente con el gobierno revolucionario, no pierden absolutamente nada, y por el contrario ganan mucho frente a un pueblo que está cansado de los golpistas aventureros y que seguramente les ha dado una última oportunidad, para que demuestren que han decantado con el nazi-fascismo apátrida, que se mantiene tocando la puerta de la embajada Norteamericana, para que le den el mendrugo verde (Dolares), que recibe por la traición a la patria y llevando propuestas para de manera encubierta continuar sembrando paramilitares en barrios y campos venezolanos, con la finalidad de sembrar inseguridad y zozobra, la cual es magnificada y vendida por la canalla mediática como el diabólico producto de la revolución bolivariana y del socialismo del Siglo XXI.
El nuevo liderazgo de la oposición venezolana que está surgiendo con estos alcaldes electos el 8D, habló claro al país. De los 68 participantes todos presentaron proyectos serios, factibles, con la excepción de dos o tres, que ya no tienen enmienda porque vienen con la formación de Tradición, Familia y Propiedad y como tal solo se limitaron a lanzar dardos envenenados contras el proceso.
De esa fructífera reunión surgieron más de 70 proyectos, que el presidente Nicolás Maduro, anotó en su agenda, que van a ser discutidos y evaluados para su aprobación a partir del mes de enero. Además urgió allí también la comisión mixta de seguimiento a esta jornada de trabajo, para garantizar la ejecución de todo cuanto allí se aprobó.
Vale destacar la valentía y lealtad a su pueblo que tuvieron alcaldes de oposición, que luego de presentar sus proyectos, de manera espontanea, abierta y sincera; convocaron al mandatario nacional, a que les acompañara en una jornada de gobierno de calle para inaugurar el proceso que tanto anhela el pueblo, como es la reconciliación nacional y el trabajo con el esfuerzo de todos por sacar al país adelante. Hubo uno, ya como hecho anecdótico, el Alcalde del Municipio San Rafael de Onoto del Estado Portuguesa, que le entregó un collar con el símbolo de la paz, elaborado por una niña de diez años, de aquella comunidad y sin ningún empacho, solicitó a Nicolás Maduro, que permitiera darle el abrazo, que aquella escolar había pedido que se dieran como símbolo de este acto de reencuentro. Fue así, como se abrazaron un dirigente del PSUV y uno de COPEI, pero ambos en funciones de gobierno democrático y en consecuencia al servicio de todos los venezolanos que les eligieron sin distinción de color político, grupo étnico, religión a condición social. Como corresponde a los ciudadanos de un pueblo que como el venezolano ha demostrado, que cuando se quiere a la patria y no se está arrastrado al servicio de potencias extranjeras, podemos convivir en paz y con nuestras diversidades podemos trabajar juntos por el bienestar nacional. Frente a esta realidad, quienes andan por aviesos caminos, con excusas injustificables se negaron a participar de la cita por la patria o simplemente no presentaron nada a la asamblea, y como dirigentes de la canalla golpista se auto excluyeron del diálogo nacional.
Periodista*
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