Hay un viejo dicho (ó refrán) cuyo texto es más o menos el siguiente: “no echar cuentos a quien sabe de historias”- Esto viene al pelo a quienes se empeñan en hablar de que en este país hay persecución política o presos políticos. No es tan añeja la historia venezolana para ignorar la verdad. De la Colonia a esta época, en varia de sus etapas, si hubo persecución política y crímenes políticos: Gual y España fueron víctimas de la persecución por parte del gobierno español y terminaron en la horca, Miranda murió en prisión en una cárcel española (La Carraca) y mucho más acá, en los primeros gobiernos de la Venezuela Independiente (Guzmán Blanco, por ejemplo) hubo perseguidos, presos y asesinatos políticos…la Dictadura de Juan Vicente Gómez quien por cerca de tres décadas persiguió, martirizó y asesinó a miles de venezolanos.
En la década de los cuarenta, con el Gral. Isaías Medina Angarita, se inició un período democrático, truncado por un grupo de militares ambiciosos encompichados con el super adeco Rómulo Betancourt que lo derrocaron con un golpe llamado “Revolución de Octubre” abriéndose, es cierto, un período democrático con la elección del novelista Rómulo Gallegos; pero, los mismos militares que tumbaron a Medina, con la oligarquía criolla y el imperio yanky dieron a traste con él (1947) y se instaló Marcos Pérez Jiménez y en su década abundaron los presos políticos, asesinados y desterrados.
A la caída de Pérez Jiménez (enero de 1958), presionado por las luchas populares que lideró en parte la Junta Patriótica, se empezaron a vivir días de esperanza que fueron diluidos con el ascenso de Rómulo Betancourt a la Presidencia (AD, 1959) y se inició una feroz persecución contra la izquierda venezolana (particularmente contra los comunistas y luego los miristas). Toda la IV República fue de persecución, muertes y desapariciones políticas. De eso damos fe por ser parte de esas víctimas tanto cuando PJ como en la IV-R…Ahora hay presos por delitos comprobados por la ley y prófugos de la justicia ordinaria.
