Los manitas blancas y los cerebros de aserrín no nos asustan. Su decisión de tomar a Caracas por asalto, fue su peor error. En la capital de la Venezuela indómita, los revolucionarios no estamos acostumbrados a perder.
Que los hijos de mamá y papá en el Este de Caracas, hagan sus calistenias maléficas, amedrentando con su tonito sifrino a indefensos ciudadanos entre quienes se cuentan vecinos suyos y que usen el cascarón vacío de sus planteamientos tarifados para destruir bienes públicos y privados, fue su peor error. En la cuna de Simón Bolívar los revolucionarios no estamos acostumbrados a perder.
Que usen a Caracas para aplicar la primavera árabe y desafiar los sueños y esperanzas de los históricamente oprimidos, fue su peor error. En la capital de la Patria chica de Hugo Chávez, los revolucionarios no estamos acostumbrados a perder.
Que usen a Caracas con apoyo de medios golpistas para parecer inocentes y víctimas del Estado de Derecho, luego de colocar en el abismo la vida de hombres, mujeres, niñas y niños fue su peor error. En la capital del Caracazo y del 4 de Febrero, los revolucionarios no estamos acostumbrados a perder.
En Caracas, los venceremos blandiendo el peso de la razón histórica, de la razón política, la razón social y la razón humana como el mejor y más eficaz insecticida que merecen las alimañas que pretenden el retorno a la Venezuela de las injusticias.
En Caracas los aplastaremos sin contemplaciones y para siempre. No habrá sifrino ni malandro movido por los hilos del imperio que acabe con nuestra decisión de ser libres para siempre.
No nos conmoverán súplicas, bramidos y lágrimas de cocodrilo de madre ni padre alcahuetas que no sepan aceptar que la cárcel es el mejor sitio para sus querubines infernales. En Caracas aprenderán a ser hombres y mujeres de verdad.
Agredir a Caracas fue la conseja más errada para sus fines. Empezó la cuenta regresiva.
¡Chávez vivela lucha sigue!