¡Ahora sí torció la puerca el rabo! Todo el mundo pide que nuestros dirigentes, bueno, esos cuatro locos de La Mud, den la cara y salgan declarando si están a favor del terrorismo que implantaron estos muchachos en las calles de algunas ciudades del país, y sí te he visto no me acuerdo. Ramos Allup no dice esta boca es mía. Ramoncito - el cimarrona- Aveledo tampoco sabe nada. Y todo el mundo se hace el pendejo y la Mud cuesta bajo en su rodada con esa guarimba que lleva por dentro que la está quemando porque nadie asume un carajo, y nos llaman a dialogar y nada, y el Presidente Maduro dice que nos invita porque quiere mostrarnos un montón de vainas para que sepamos cómo es la cosa, y no vamos porque nosotros sabemos de qué se trata la vaina. Así que lo más parecido a lo que está pasando en Chacao y Altamira es lo que tiene la Mud por dentro. Y esa vaina arrecha, porque Antonio –lacrimógena- Ledezma y María -Sumate- Machado, se nos fueron de las manos y ahora no le paran bola a nadie.
Hiram Gaviria no es pendejo, cuando lo convocaron al diálogo fue y se sentó y dijo. En cambio más nadie quiso hacerle caso, y entonces Gaviria mandó a Un Nuevo Tiempo para el carajo, como debe ser, y lo peor es que después Marquina y Julio Montoya también dijeron que abandonaban el partido pero no el curul en la Asamblea, ni de vaina, eso que lo haga Gaviria que tiene plata, además, dijo Marquina, esa curul se la robé yo a Goicochea y ahora no la voy a entregar así a cuenta de oreja de cochino. Es decir, que seguimos pelando bolas porque ahora todo el mundo sabe que nunca hemos apoyado la democracia porque no salimos ahora a defenderla, es decir, que es verdad, y nos duele, que ahora nos hemos declarado terroristas porque apoyamos asesinatos, quemas, destrozos, tumba de árboles y colocaciones de guayas y toda vaina que se le ocurra a los locos esos que salieron como Nerón a incendiar la ciudad.
El papá de Margot, cuando leyó lo que dijo Gaviria y Marquina y Montoya, lanzó el periódico al suelo y se fue al cuarto y le metió un coñazo tan duro a la puerta que Margot y yo nos abrazamos esperando que el edificio nos cayera encima para morirnos juntos, pero al momento el hombre abrió la puerta y dijo: “Que se vaya la Mud al carajo”, y nuevamente le metió otro carajazo a la puerta y se escuchó la voz de un vecino que dijo: “Ahora sí nos jodimos, porque son dos los coñazos”.
- Vida mía, yo te invito, a que hagamos una fiesta. - Me canta Margot
