Si hay algo que hay que dejar bien claro es que ¡la guarimba no es protesta! Nada de eso. En Venezuela la Constitución ofrece los mecanismos pacíficos para que los ciudadanos y ciudadanas protesten a sus inconformidades legítimas ante cualquier eventualidad. Pero no es que persona poseída de sus odios y amarguras, se lance a destrozar una comunidad porque a él se le vino en ganas cumplir los mandatos directos e indirectos de un grupo de pseudos políticos que implosionan de rabia y frustraciones porque sus tiempos, aquellos viejos tiempos cuando hacían lo que querían con el erario público, han quedado Dios gracias, en la historia pésima de nuestro país.
Bien se los dijo Chávez: “No volverán”. Y de allí toda esa continua alharaca por su medios, donde cada día van a inventar una y otra cosa del Gobierno Revolucionario a fin de manipular las mentes de los más incautos, que atrapados en el laberinto íntimo de sus mezquindades se revuelcan y desvelan noche a noche de ver la felicidad en el rostro de las mayorías populares que ahora fueron visibilizados por un Gobierno con el corazón inmenso, gigante, que ha extendido las manos para construir una sociedad más equilibrada y de plena inclusión social.
La guarimba es el preludio al caos, es una acción vil, pusilánime, muy íntima al terrorismo. Es la destrucción de lo que vea, con la esperanza que de esta manera violenta y asesina, mis caprichos sean atendidos. O sea, algo así como que voy a violentar y con ese chantaje espero que se me cumplan mis peticiones. Propio de malcriados, propios de personajes caprichosos, que alentados por manipuladores de oficios se han dejado llevar y engañar por piezas claves del imperio norteamericano que los ha entrenados para destruir no sólo su entorno sino sus mismas vidas marcadas por un rechazo contundente de las mayorías de los venezolanos y venezolanas que sí nos encontramos en el punto que somos un gran colectivo nacional de paz y de amor.
En conclusión la finalidad misma de la guarimba es el sentido apátrida e infame de solicitar una intervención militar extranjera. Y eso es lo que se ve en la mirada de odio de María Machado, esta señora que ahora ejerce cargo diplomático en Panamá y a quien le deseamos lo mejor por esas tierras del istmo americano. María Machado, quien desde los tiempos de Súmate, aquella empresa mercantil que recibía dólares de Estados Unidos y que no se cansó de intrigar al gobierno chavista con una serie de guarismos e intríngulis para persuadir, engañar y manipular a los electores de ese entonces quienes, con mucha convicción política, no creyeron en sus maldades anticonstitucionales.
Es por ello que debemos alimentar la convivencia, el diálogo, la pacificación del país en todas sus dimensiones. Entonces debemos estar claro que no es protesta cuando obstaculizas el libre tránsito, cuando no dejas que los niños y niñas vayan a clases, cuando derramas aceite para que colisionen las motos, cuando lanzas miguelitos para crear accidentes y caos, , cuando atentas contra la propiedad pública y/o privada, cuando incendia la naturaleza sin clemencia contra la flora y la fauna que allí cohabita, cuando destruyes el sistema eléctrico y metro bus, cuando construyes barricadas asesinas, cuando colocas mortales alambres, cuando electrocutas y cuando disparan asesinos francotiradores…, eso no es protesta, eso es guarimba, eso es terrorismo.
Poco a poco, con la sabiduría y paciencia del pueblo de su gobierno socialista se han venido apagando y aislando estos focos de violencia. Sus azuzadores María Machado, Leopoldo López y Henrique Capriles se verán cara a cara con la justicia por este atentado contra la patria, por seguir el formato imperialista de destruir nuestro proyecto emancipador. Y una muestra de eso han sido los escenarios de Unasur y de la OEA, donde se ha impuesto la voz de los pueblos, la voz de la autodeterminación, de la libertad y de la justicia.
Ahora, desde los tiempos emancipadores del Libertador Simón Bolívar, Venezuela posee una Fuerza Armada Bolivariana apegada a la Constitución y los deseos del pueblo venezolano. Hace honor al himno Nacional que es antiimperialista, una Fuerza Armada Bolivariana que no permitirá que la bota del extranjero mancille el suelo patrio…, Chávez no aró en el mar, contamos con una FAB leal y un pueblo que no se va a dejar robar la patria que Chávez nos dejó, no va a permitir que soslayen la integridad de esta Patria infinita como el corazón y los sueños de quienes la habitamos.