La violencia criminal de López y su combo está inspirada en los postulados de Tradición, Familia y Propiedad

“Es lo que hay…”, como dice Andrés Izarra, de manera que de allí no es posible esperar más de los que hemos visto hasta ahora, es parte de una ideología claramente neofacista…

No hay que andar indagando mucho para averiguar las causas y razones que explican toda esta violencia que estamos viviendo los venezolanos desde hace más seis semanas, así como los objetivos que están por detrás de la misma, como es la toma del poder y a instauración de una dictadura de claro corte neofascista.

Pero, sin más preámbulos, leamos seguidamente los fragmentos que hemos tomado del libro “Revolución y Contra Revolución”, escrito y así se afirma, de “la única mano de Plinio Correa de Oliveira”, fundador y factótum de la secta “Tradición, Familia y Propiedad”, pues se ha sabido, de manera oficiosa, que con su inmensa fortuna ese sujeto organizó un equipo de fascistas teóricos y prácticos de la Europa de los años 40/50 para que, siguiendo los lineamientos del Führer alemán, le redactaran una especie de normas de conducta que permitieran, en nombre de la fe y la esperanza infinita en un Dios creado en su imaginación, que el mundo estuviera bajo el control de los más inteligentes, de aquellos que habían logrado aprender cómo controlar las pasiones y las desviaciones de los pobres, como “garantía de paz, progreso y servicio a la humanidad.”

Por tanto y ante esa importante tarea que quería emprender Correa de Oliveira como otro “salvador de la humanidad”, sólo les exigió a su “contratados” para llevar a cabo tal obra, que tenían que darle respuesta muy clara y precisa a esta interrogante: ¿La dictadura es un factor de revolución y de orden, o de Contra-Revolución y de la mayor herejía?

Veamos algunos de esos fragmentos del libro sagrado de Tradición, Familia y Propiedad, el cual, estamos seguros de ello, es la biblia de consulta permanente de estos sujetos que han planificado y ejecutado esos actos de la mayor violencia que ha vivido el país en toda su historia Republicana y que se los conoce como las “guarimbas”:

“…Hay circunstancias que exigen, para la salus populi (protección del pueblo), una suspensión provisional de los derechos individuales y el ejercicio más amplio del poder público. La dictadura puede, por tanto, ser legítima en ciertos casos .Una dictadura contra-revolucionaria y, pues, enteramente guiada por el deseo de Orden, debe presentar tres requisitos esenciales:

Debe suspender los derechos, no para subvertir el Orden, sino para protegerlo. Y por orden no entendemos solamente la tranquilidad material, sino la disposición de las cosas según su fin, y de acuerdo con la respectiva escala de valores. Hay, pues, una suspensión de derechos más aparente que real, el sacrificio de las garantías jurídicas de que abusaban los malos elementos en detrimento del propio orden y del bien común, sacrificio éste orientado a la protección de los verdaderos derechos de los buenos

“…El fin primordial de la dictadura legítima debe ser, hoy en día, la Contra-Revolución. Lo que, por lo demás, no implica afirmar que la dictadura sea normalmente un medio necesario para la derrota de la Revolución. Pero puede serlo en ciertas circunstancias. Por el contrario, la dictadura revolucionaria tiende a eternizarse, viola los derechos auténticos y penetra en todas las esferas de la sociedad para aniquilarlas, desarticulando la vida de familia, perjudicando a las élites genuinas, subvirtiendo la jerarquía social, alimentando de utopías y de aspiraciones desordenadas a la multitud, extinguiendo la vida real de los grupos sociales

“…Y de este carácter de reacción le viene a la Contra-Revolución su nobleza y su importancia. En efecto, si es la Revolución lo que nos va matando, nada es más indispensable que una reacción que tenga en vista aplastarla. Ser opuesto, en principio, a una reacción contra-revolucionaria, es lo mismo que querer entregar el mundo al dominio de la Revolución…Si la Revolución es el desorden, la Contra-Revolución es la restauración del Orden…El Orden nacido de la Contra-Revolución deberá refulgir, más aún que el de la Edad Media, en los tres puntos capitales en que éste fue vulnerado por la Revolución:

1) “Un profundo respeto de los derechos de la Iglesia y del Papado y una sacralización, en toda la extensión de lo posible, de los valores de la vida temporal, todo ello por oposición al laicismo, al interconfesionalismo, al ateísmo y al panteísmo, así como a sus respectivas secuelas.”

2) “Un espíritu de jerarquía marcando todos los aspectos de la sociedad y del Estado, de la cultura y de la vida, por oposición a la metafísica igualitaria de la Revolución”.

3) “Una gran diligencia en detectar y en combatir el mal en sus formas embrionarias o veladas, en fulminarlo con execración y nota de infamia, en reprimirlo con inquebrantable firmeza en todas sus manifestaciones, particularmente en las que atenten contra la ortodoxia y la pureza de las costumbres, todo ello por oposición a la metafísica liberal de la Revolución y a la tendencia de ésta a dar libre curso y protección al mal.”

“…para delimitar la diferencia entre los conceptos revolucionario y contra-revolucionario del progreso, conviene notar que el último toma en consideración que este mundo será siempre un valle de lágrimas y un tránsito hacia el Cielo, mientras que para el primero el progreso debe hacer de la tierra un paraíso en el cual el hombre viva feliz, sin pensar en la eternidad.

En estado actual, contra-revolucionario es quien:

1) Conoce la Revolución, el Orden y la Contra-Revolución en su espíritu, sus doctrinas y sus métodos respectivos.

2) Ama la Contra-Revolución y el Orden cristiano, odia la Revolución y el “anti-orden”.

3) Hace de ese amor y de ese odio el eje en torno del cual gravitan todos sus ideales, preferencias y actividades.

El revolucionario, por regla general, es petulante, locuaz y exhibicionista, cuando no tiene adversarios ante sí, o los tiene débiles. No obstante, si encuentra quien lo enfrente con ufanía y arrojo, se calla y organiza la campaña del silencio. Un silencio en medio del cual se percibe el discreto zumbar de la calumnia, o algún murmullo contra el “exceso de lógica” del adversario. Pero un silencio confuso y avergonzado que jamás es interrumpido por alguna réplica de valor. Ante ese silencio de confusión y derrota, podríamos decir al contra-revolucionario victorioso las espirituosas palabras escritas por Veuilloten* otra ocasión: “Preguntad al silencio, y nada os responderá”

La Contra-Revolución debe procurar, en lo posible, conquistar a las multitudes. Sin embargo, no debe hacer de eso, en el plano inmediato, su objetivo principal, y un contra-revolucionario no tiene razón para desanimarse por el hecho de que la gran mayoría de los hombres no esté actualmente de su lado.

Un estudio exacto de la Historia nos muestra, en efecto, que no fueron las masas las que hicieron la Revolución. Ellas se movieron en un sentido revolucionario porque tuvieron por detrás elites revolucionarias. Si hubiesen tenido detrás de sí elites de orientación opuesta, probablemente se habrían movido en un sentido contrario. El factor masa, según muestra la visión objetiva de la Historia, es secundario; lo principal es la formación de las elites. Ahora bien, para esa formación, el contra-revolucionario puede estar siempre aparejado con los recursos de su acción individual y puede, pues, obtener buenos frutos, a pesar de la carencia de medios materiales y técnicos con que, a veces, tenga que luchar

En principio, claro está, la acción contra-revolucionaria merece tener a su disposición los mejores medios de televisión, radio, gran prensa, propaganda racional, eficiente y brillante.

El verdadero contra-revolucionario debe tender siempre a la utilización de tales medios, venciendo el estado de espíritu derrotista de algunos de sus compañeros, quienes, de antemano, abandonan la esperanza de disponer de ellos porque los ven siempre en poder de los hijos de las tinieblas.”

Para no extendernos más, pues el texto es extenso y lleno de barbaridades, terminemos con esto, lo cual explica la dinámica que ha mostrado desde su aparición en el país del grupo que se aglutinó en Primero Justicia, hoy con un derivado muy conocido que se llama Voluntad Popular, que hasta fecha ha logrado meterse en los bolsillos al resto de los partidos de la oposición y la mejor muestro de ello es que ninguno de los voceros de esas otras organizaciones políticas que hacen vida en torno a la fulana MUD, no hablan, no porque no quieren hacerlo, sino simple y llanamente porque no se lo permiten:

“Sobre todo recuerden los propietarios que, si hay muchas personas dispuestas a defender contra el comunismo la propiedad privada (concebida, claro está, como un derecho individual con función también social), es por el principio de que ella es deseada por Dios e intrínsecamente conforme a la Ley Natural (..) Nos ceñimos a decir que, en cada uno de los países donde existe una TFP u organización afín, ésta viene combatiendo sin tregua a la Revolución, o sea, de modo especial, en el campo religioso, al llamado izquierdismo católico; y en el temporal, al comunismo. Incluimos como genuino combate al comunismo la lucha contra todas las modalidades de socialismo, pues éstas son sólo etapas preparatorias o formas larvadas de aquél. Tal combate se ha desarrollado siempre según los principios, las metas y las normas de la Parte II de este estudio (..) Y de rodillas, mirando con veneración la figura de S. S. el Papa Pablo VI, le manifestamos toda nuestra fidelidad. En este acto filial, decimos al Pastor de los Pastores: nuestra alma es vuestra, nuestra vida es vuestra. Mandadnos lo que quisiereis. Sólo no nos mandéis que crucemos los brazos ante el lobo rojo que embiste. A esto nuestra conciencia se opone”.

Plinio Correa de Oliveira
1° edición Peruana julio 2005

(*) Louis Veuillot fue un periodista francés nacido en 1813 y muerto en 1883. Precoz y autodidacta (a los 17 años publicó sus primeros artículos), dedicó todos sus esfuerzos a la defensa del catolicismo ultramontanista francés y del dogma de la Infalibilidad papal. Es el único laico no canonizado de la historia de la Iglesia católica cuyo aniversario de nacimiento ha sido recordado por una carta pontificia, "Elogio del periodista cristiano" del Papa Pío X, Papa éste que es pertinente recordarlo, firmó un concordato con Mussolini, otro con Hitler, otro con Franco, otro con el dictador portugués Salazar. Fue autor de la encíclica “Quadragesimo anno” en la que idealizaba la publicada por León XIII “Rerum novarum, en la que se proponía la organización corporativa, totalitaria y fascista de los Estados frente a la democracia liberal y frente a la amenaza de las izquierdas progresistas. En los años veinte y treinta fue el papa que impulsó la organización corporativa de los Estados fascista, nazi, franquista, salazarista y de otras dictaduras militares o no y asumió, con excepciones en Alemania, la función en esos Estados del monopolio de la enseñanza como instrumento de imposición de la doctrina cristiana.




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Iván Oliver Rugeles


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