Nuestra curiosidad llegó a su fin el pasado miércoles. Ese día, en nombre de la Conferencia Episcopal Venezolana, Diego Padrón leyó algo titulado Responsables de la paz y el destino democrático de Venezuela. El documento, como salido de quienes hacen los guiones de María Machado, consta de trece satánicos puntos. El vocabulario empleado por quienes se dicen seguidores de Dios, parece llamar a recalentar ánimos cruentos en quienes sienten el peso de la derrota pintada en la frente.
Vulgarmente afirman los oligarcas de las sotanas, que la causa fundamental de la actual crisis es la pretensión del partido oficial y autoridades de la República de implantar el llamado Plan de la Patria.
Señalan luego que, los estudiantes y otros manifestantes pacíficos, ejercen su legítimo derecho () y por tanto, todo respeto. Esos mismos manifestantes pacíficos que merecen respeto, incendiaron horas después el preescolar Mamá Rosa en Chacao, poniendo en peligro la vida de 89 niños y niñas sin que hasta ahora la hipocresía eclesiástica haya condenado el atentado.
Reiteramos nuestra firme exigencia de que el Gobierno desarme a los grupos civiles armados, expresan luego, pero sabemos que cuando las fuerzas públicas actúan en función de ello condenan la acción, indicando que se trata de otro atropello contra las libertades cívicas de sus chukys predilectos.
En lugar de exigir a la industria privada que deje de sabotear con el desabastecimiento y de llamar al pueblo para que sepa resistir, aseveran que la situación seguirá encendiendo la violencia.
No se discuta más: estos curas se ganaron el infierno.
¡Chávez vivela lucha sigue!