Todo el mundo recuerda aquel éxito de Daniel Santos, donde luego de preguntar al señor cartero si había algo para él……cantaba lastimeramente que no había visto a Linda a pesar de tanta esperanzas que en su amor había cifrado. Aquella canción fue uno de los más rotundos éxitos de su carrera. Tan grande fue la aceptación, que debido a ello un tiempo después el Inquieto Anacobero lanzó otro tema donde al fin recibía carta de Linda, como una forma de darle continuidad a la buena racha inicial. Pero de esa segunda parte casi nadie se acuerda, confirmándose la conseja de que segundas partes nunca fueron buenas.
Tremendo poema, tremenda crónica urbana fue en su momento la canción “Por estas calles” del cantautor Yordano Di Marzo, donde de una manera sencilla, natural y espontanea, retrata muy nítidamente la realidad política y social de un momento histórico en Venezuela. No sé a ciencia cierta cuál de las dos fue primero, si la canción o la telenovela a la que sirvió de tema musical, lo que si sabemos de una manera rotunda es que ambas tuvieron en su momento un éxito arrollador.
La novela por la codicia de los empresarios de Radio Carcas Televisión, la alargaron y alargaron de una forma descontrolada, al punto de que sacaron, por su oposición, al escritor inicial que era Ibsen Martínez, pusieron a la gallinita de los huevos de oro en formol y terminaron transmitiendo un bodrio que perdió finalmente la gran sintonía de que había gozado en un principio. Por su parte la canción quedó como el hito que fue de un momento histórico, de características pre revolucionarias en el país.
No vamos a decir que de allí para adelante Yordano no logró pegar más nada, por allí está una canción que habla de una lágrima con “rimmel” y otra de un piso lleno de latas o botellas de cerveza. Pero como “Por estas calles” nada. Lo cierto es que desde hace un buen tiempo, décadas diría yo, el hombre no arrima una al mingo.
Ahora se nos aparece con un fulano “Manifiesto” como la pieza central de un nuevo disco que saldrá dentro de unos meses, pero que ya se obtiene gratis a través de las redes, como una “genial” estrategia de “marketing”. Con la intensión evidente de que sea el propio himno del “guarimbeo”. Tratando de repetir una gracia que a buen seguro resulta en morisqueta.
Por estas calles era una denuncia generalizada a la situación que se vivía, sin definir enemigos ni tan siquiera contrincantes, como si en aquel tiempo no los hubiera,”Por estas calles la compasión ya no aparece” decía. O sea. La compasión la solidaridad, la hermandad, el respeto entre los seres humanos. Ahora en una de las estrofas de su Manifiesto garimbero Yordano habla de “una gorda marrana que alimenta en cueros con vómito negro a sus infames guerreros”, Cabría preguntarse dónde quedaron la solidaridad y el respeto o tan siquiera la compasión que se invocara años atrás.
En aquella canción nos exhortaba a cuidarnos en las esquinas, a no distraernos cuando caminábamos, que pa´ cuidarnos tan solo contaba con la vida suya. Luego, ya desde aquel entonces la inseguridad por aquellas calles era uno de los problemas principales, sin que apareciera en la canción la cifra de “25 mil muertos el primero de enero” que señala ahora en este nuevo “proyecto de himno” al guarimbeo, sin que se sepa siquiera de dónde la sacó.
Por supuesto habla también de una revolución fracasada y vacía que de todo lo malo siempre culpa a la CIA. Un cantor que en un momento produjo un hermoso poema, sin más pretensiones que cantar a su tiempo, ya ahora en plena decadencia pretende que le salga lo mismo, pero con una actitud seguramente tarifada, con un objetivo predestinado y predefinido que no es otro que servir a una estrategia global cuyo objetivo es derrumbar la insurgencia popular en Venezuela y en el resto del continente nuestroamericano. Si lo hace a conciencia o no, es problema de él. Lo cierto es que para allá está su rumbo de ahora.
Dice en su canción que es la juventud la que se juega la vida y sin embargo los llama a todos a que se la jueguen, convocando a que la lucha sea compartida, que se mantenga, porque si no van todos juntos es causa perdida. Es decir una convocatoria no precisamente al desarrollo de luchas “pacíficas”, se trata de un llamado a que se mantenga y se refuerce la Guarimba. Porque si no ¿Dónde se van a jugar la vida?
En conclusión un tal Manifiesto que no es otra cosa que un llamado de guerra. De una guerra cuyas comandancias verdaderas están a bastantes kilómetros de nuestra Patria. Ya me parece estar viendo a las mansas palomas agarraditos de las manos hacia el cielo cantando “No es solo un color, son todos; no es solo un dolor, son tantos; no es solo una voz, son muchas y al final tendrán que oírlas” en una melodía, prácticamente la misma, con un ritmito que de pegajoso pasó a pegostoso, que ante todo da muestras de un artista que tal vez para superar la decadencia, cayó en el pozo profundo del servilismo.
A este no lo salva ni Linda que bajará del cielo.