Magnicidio y asesinato de dirigentes

Según el diccionario de la Real Académica Española “Magnicidio” significa “muerte dada a una persona que ocupa el poder”. Y en Venezuela el poder máximo lo ocupa el Presidente Nicolás Maduro. Nos vamos a referir a la denuncia hecha por el Comando político del PSUV a través de los medios de comunicación, sobre un presunto atentado terrorista (Magnicidio) en contra del Jefe de Estado Venezolano Nicolás Maduro.

Esto no es nada nuevo en Venezuela, pues esta posibilidad quedó abierta desde que Chávez fue candidato presidencial, y posteriormente se incremento cada vez más después que logro la Presidencia de la República. Un sector de la oposición en combinación con grupos fascistas y terroristas nacionales e internacionales están empeñados en sacar a Maduro del poder a como de lugar: bien sea mediante un golpe militar, con juicios amañados y en último caso apelando a su asesinato (magnicidio).

Además, el Comando Político del PSUV, denuncio y presento algunas pruebas contundentes contra personas, presuntamente vinculadas a actos de violencia, terrorismo y Magnicidio. Entre ellas mencionaron a María Corina Machado, Salas Romer, Diego Arrias, Burelly, Leopoldo López, Robert Alonzo, Ricardo Koezling y el Banquero Financista y prófugo de la justicia venezolana Eligio Cedeño, entre otros, con vínculos directos con el Departamento de Estado Norteamericano y el Parlamento Europeo. Además cuentan con el asesoramiento de el funcionario norteamericano, designado como embajador en la hermana república de Colombia, Kewin Wittaker. Y de la funcionaria norteamericana Roberta Jacobson.

En Latinoamérica recordaremos las diferentes intervenciones norteamericanas para derrocar y asesinar a sus gobernantes y dirigentes populares. Así tenemos la invasión norteamericana a Guatemala para derrocar y asesinar su presidente (Jacobo Arbens); la invasión de Nicaragua para asesinar a César Augusto Sandino; la Invasión a Santo Domingo para asesinar al coronel Francisco Caamaño; el derrocamiento y asesinato de Allende en Chile; el asesinato de Torrijos en Panamá; el asesinato de ese gran líder revolucionario colombiano qué tenía grandes posibilidades de llegar a la Presidencia de la República, Eleazar Gaitán. Su muerte provocó una insurrección popular. El pueblo se echó a las calles e incendió a Bogotá (El Bogotazo) y se produjo una guerra civil. Después de 50 años todavía siguen tronando las armas en Colombia y un río de sangre riega sus campos y ciudades. ¿Esto es lo que queremos para Venezuela?

Muchos piensan que asesinando a Maduro se arreglan todos los problemas (sus problemas). Ellos dicen lo siguiente “al morir el perro se acabó la rabia”. Cuan equivocados están, pues este proyecto revolucionario ya no les pertenece a Chávez ni a Maduro, sino al pueblo venezolano. Si matan a Maduro surgirán muchos Maduros para continuar con el proyecto revolucionario. Les anticipo si esto llegara a suceder, en Venezuela pasaría algo similar a Colombia. El pueblo se echaría a las calles y se presentaría una guerra civil de incalculables dimensiones. Un pueblo armado no lo para nadie. (La historia es rica en ejemplos).
En casi todas estas invasiones y asesinatos está metida la mano de EEUU a través de la CIA (Servicio de Inteligencia Americano). Venezuela no sería una excepción. Le hacemos un llamado a los sectores democráticos y conscientes de la oposición, a que reflexionen y no se dejen llevar por estos grupos terroristas.



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Raúl Ramirez

Abogado, profesor y escritor. Ex-guerrillero.

 rauljoseramirez@hotmail.com

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