A la “salida” que ha venido promoviendo la derecha fascista en Venezuela, y la cual según plantean reimpulsar, ahora que ya se acabó el Mundial, según lo dicho por José Vicente Rangel, el Presidente Maduro a contrapuesto la sacudida del gobierno.
Si es cierto que la derecha no logró sus fines de alcanzar una vía express para acabar con el gobierno chavista de Nicolás Maduro, es indudable que el rumbo que tomó el gobierno después de diciembre de 2013, planteando la coexistencia pacífica de los dos modelos, ha sido debilitada por la salida que impusieron López, Machado y sus socios en el campo de la oposición.
La oposición hace tiempo parece que fue derrotada por el gobierno chavista, pero haciendo la analogía con una partida de ajedrez parece que sólo le queda el rey y a pesar de la suficiencia de material que tiene el gobierno, no termina de dar el jaque mate y la partida puede terminar en tablas por aplicación de la regla de los 50 movimientos.
Detrás de la oposición o de la dirigencia opositora está el imperio, quien tiene 15 años financiando y promoviendo el fin de un gobierno que simboliza la izquierda en el poder , pero indudablemente tiene sumas descomunales para seguir financiando y promoviendo a sus lacayos para alcanzar su objetivo último, reapropiarse de la riqueza petrolera que está bajo nuestro subsuelo.
La base del chavismo tiene claro que a pesar de las deficiencias del gobierno no tiene otra opción que apoyar la continuidad de Nicolás Maduro en la Presidencia para mantener el legado de Hugo Chávez; pero a medida que el tiempo pasa va quedando claro que la permanencia del chavismo en el poder puede convertirse en un fin de los factores que controlan el poder.
Chávez, en sus últimos años de vida, fue entendiendo que sólo la robustez del poder popular, la consolidación del pueblo organizado en Comunas, podía darle continuidad a la revolución verdadera. Quizás las mismas contradicciones del modelo político que Chávez fue ideando y materializando constituyen claves fundamentales para descifrar las opciones que nos aproximen a un modelo de sociedad que se aleja del capitalismo y se va acercando a la configuración del Socialismo.
Volviendo a la analogía del ajedrez, si la partida que desde el 12F se juega queda tablas, por la aplicación de la regla de los 50 movimientos, sencillamente esto es una ganancia para la derecha opositora y el imperio, se comienza una nueva partida porque el torneo no ha terminado. Cualquier ajedrecista iniciado en este milenario juego podrá entender que no derrotar al oponente teniendo la suficiencia material para ello es una derrota simbólica y una ganancia para el contrario.
Apostemos a que quienes deben manejar las piezas en el futuro, se paseen por lo que Chávez nos legó acerca del poder popular y su papel en la construcción del Socialismo.
