Ahora si es verdad que los dirigentes de la oposición se han quitado la mascara. Han quedado al descubierto. Los caracteriza su conducta irresponsable politiquera, disociada e hipócrita. Ante la ofensiva del Gobierno Revolucionario de enfrentar a las mafias del contrabando los llamados dirigentes de la MUD, MID y salida han pegado el grito al cielo defendiendo a estos delincuentes. “con mis contrabandistas no te metas” han dicho muy enfurecidos los representantes de la disociada oposición.
La jauría opositora al lado de Fedecamaras y la canalla mediática han salido con su odio enfermizo a defender a los bachaqueros y rufianes del contrabando. Como es verdad que esta oposición cipaya no aprende de las continuas derrotas que le ha propiciado el pueblo venezolano. Por supuesto lo que buscan es confundir al pueblo venezolano y jugar apocalípticamente con un tema tan sensible como son los alimentos. Tratan de pescar en río revuelto con fines inconfesables. Buscan la desestabilización y el golpe a como de lugar.
De nuevo se colocan de espalda al pueblo venezolano. No es casual que el uribismo y los paramilitares de Colombia se den las manos con esta oposición para oponerse a las audaces medidas que ha tomado el Presidente Maduro conjuntamente con el Presidente Santos de Colombia. Esta de por medio cuantiosos intereses y muchos dólares mal habidos. Es de suponer que los mafiosos del contrabando son los que financian las andanzas de estos irresponsables. Son los que financian las guarimbas. No es casual que han tratado de reeditar las acciones desestabilizadoras de semanas atrás que tanto daño le ocasionó al país. Ante los continuos fracasos de la oposición les ha dado por hacer el ridículo. Los propios necios.
Recientemente llamaron a un “cacerolazo” contra las captahuellas; acción que fracaso en un 100 por ciento. Ni en el este de Caracas se acato dicho agónico llamado. Han dicho que se oponen a las captahuellas porque eso es “humillante”. Vaya semejante excusa. Humillante fue lo que hizo la oposición cuando dieron el golpe de estado en Abril del 2.002. Humillante fue el paro petrolero cuando dejaron al país sin gasolina, ni alimento. Humillante fue la disolución de todos los Poderes Públicos. Humillante han sido las guarimbas con la secuela de muertos, heridos y perdidas materiales. Humillante es esconder los productos de primera necesidad para luego venderlo a precios exorbitantes. Una humillación para el país es plantear que potencias extranjeras invadan a la patria. Una humillación es que no tengamos una oposición responsable y coherente. Como decía mi abuela: “Esta gente no tiene remedio”.
