De nuevo, como puyada por un rayo, la cúpula de la iglesia católica venezolana pegó un brinco. La ausencia pública y muy notoria de quienes han sido sus aliados de la oposición, la obliga a tratar de llenar en los medios de difusión –así sea a medias- espacios que habitualmente eran ocupados por aquellos, aún bajo los efectos somniferos que les produjo la estrepistosa caída desde la mesa que agrupaba sus golpistas y desestabilizantes intenciones.
Cobardemente arremetieron contra Estrella Uribe, andina, revolucionaria para más señas y verdaderamente cristiana como lo es nuestro pueblo practicante.
Urosa Sabino, ajeno al respeto que debe guardarse a la libertad de expresión y de creación, se alarmó por la Oración del Delegado, inspiración de Estrella dedicada al Comandante Hugo Chávez.
Leída en el Teatro Teresa Carreño, espacio usado antes sólo por los bendecidos de Urosa, se trata de una ¿oración? breve pero de gran y bello contenido humano y combatiente que atormentó los tímpanos oligarcas del patrón eclesiástico, quien por cierto jamás reprendió a quienes abiertamente apostaban por el deceso del Gigante.
Como no todos y todas conocen la obra de Estrella, aquí se la dejamos. En lugar de Oración del Delegado, más nos gusta El Chávez Nuestro. Asumimos nuestro pecado. Total, poco nos importa si Sabino nos castiga. Disfrútenla.
“Chávez nuestro que estás en el cielo, en la tierra, en el mar y en nosotros: los y las delegadas. Santificado sea tu nombre. Venga a nosotros tu legado para llevarlo a los pueblos de aquí y de allá.
Danos hoy tu luz para que nos guíe cada día. No nos dejes caer en la tentación del capitalismo, mas líbranos de la maldad de la oligarquía como el delito del contrabando porque de nosotros y nosotras es la Patria, la Paz y la Vida.
Por los siglos de los siglos, amén. Chávez vive”.
¡ Chávez vive…la lucha sigue!
