Para rematar la escasa confianza y con la poca credibilidad que le quedaba no sólo en el mundo sino en su propio país, el presidente de Estados Unidos de América, Barack Obama, se solidarizó abiertamente con elementos y factores fascistas que buscan desestabilizar a pueblos y gobiernos que auto determinaron sus destinos políticos.
El presidente Obama se solidarizó con Leopoldo López y otras y otros sujetos de derecha que escogieron la vía violenta, el terrorismo para amedrentar a los pueblos.
Lo del presidente del imperialismo no es novedoso. Igual que sus antecesores manipula y miente para invadir naciones libres y soberanas, derrocar gobiernos legítimos y masacrar a sus pueblos. A través del Pentágono y la CIA diseña campaña de terror, desata guerras económicas, bacteriológicas y psicológicas con el respaldo de sus medios de difusión y “periodistas” tarifados, además de financiar con miles de millones de dólares a quienes eufemísticamente califica de “luchadores por la libertad”.
Se trata de solidaridad con el terrorismo. Fue López, junto a paramilitares colombianos, opositores de derecha y algunos apátridas venezolanos entrenados por los paracos, que asesinaron a 42 ciudadanas y ciudadanos venezolanos entre el 12 de febrero y el mes de junio en la llamada “Salida”, acción fascista que también dejó pérdidas mil millonarias.
Esa solidaridad de Obama no es más que el sentimiento de unidad basado en metas o intereses comunes, es decir, la meta de derrocar a gobiernos populares y progresistas e instaurar la dictadura de la burguesía y sus lacayos. Al solidarizase con elementos fascistas se solidariza con el terrorismo.
En su escasa lista de “personalidades” a quienes califica de “líderes civiles” mencionó a la “disidente” cubana Berta Soler, de un minúsculo grupo denominado “Damas de Blanco” que tiene como líder al terrorista Luis Posada Carriles, prófugo de la justicia venezolana y libre en Estados Unidos.
De mal en peor, para utilizar una expresión popular, va Obama, quien ya perdió el resto de la escasa credibilidad al colocarse abiertamente del lado del fascismo.
