Resulta que ahora la secretaria general de la MUD no es beligerante ni va al debate por el poder, ya que eso le corresponde a los partidos de la cúpula opositora y no a la mesa de la maltrecha unidad. Así su nuevo secretario general, en un esfuerzo por explicar sus funciones, ha dicho: "No soy militante partidista ni tengo aspiraciones político-electorales", cosa que no tiene ningún sentido, pues si no es militante ni tiene compromiso, ni aspiraciones, entonces ¿que lo motiva?, ¿qué hace allí donde de aspiraciones (malévolas en su mayoría) tienen lleno el saco y de micro partidos están hasta la coronilla?.
Pues la respuesta si bien no está a simple vista, no es menos cierto que es fácil de adivinar, el al igual que otros que en otrora fungieron de “luchadores sociales”, llegaron a parecerse al pueblo y hasta fueron militantes de la izquierda en los barrios, por sus ambiciones desmedidas, su profundo desprecio a su origen de clase y esa condición de lumpen que no vindica la lucha por la emancipación de la pobreza, y por el contrario se arrastra, ahora debe servir como lo que es: una pieza reemplazable y sin importancia en detrimento de lo que debería ser: Un vocero calificado de la oposición.
Pero la cosa no es tan simple como que el infeliz Torrealba sea o no sea el Secretario General. El tema es más profundo, ya que el mentado secretario opositor, por un lado sin discurso, ni objetivo y sin función alguna, anuncia la reconstrucción de la mesa de la “oposición democrática “y por el otro, a decir de los sesudos analista y los pavosos dueños de los semanarios opositores de siempre y sus editoriales derrotistas, la orden oculta es que la guerra económica arrecie en la medida que el contra ataque por el precio justo avance. Lo que indica claramente que en la MUD, se impone las tesis de los duros, los de la salida no democrática, no electoral y no dialogante, sobre las canas de los otrora dirigentes de la derecha venezolana y de su nuevo jefe, el cual tiene los mismos vicios demagógicos y guabineo que el cipayos y entreguistas que le antecedió.
Como vemos, la oposición se sigue cocinando en su propia salsa, y dentro de ella la bipolaridad es sustantiva y concreta, mientras Torrealba emulando al protagonista del “Diente Roto” ocupa sin estorbar la jefatura de la cúpula opositora, los ultra derechosos que en ella cohabitan, vuelva a intentar el derrocamiento del gobierno bolivariano por la vía del incentivo al descontento del pueblo, con la escases de los productos de la dieta básica y el aumento del mal llamado dólar paralelo.
En base a lo anterior, creo que es hora de desempolvar las franelas y los puntos rojos. Es la hora de salir a la calle a explicar al detalle de que se trata la guerra económica, como la estamos combatiendo y así dar respuesta inmediata a las interrogantes, dudas y/o confusiones surgida de los laboratorios de guerra psicológicas que ya están operando en el País.
En ese marco referencial, el Presidente Maduro consolida su liderazgo mundial con dos apasionados discursos en la sede las Naciones Unidas, además que sepulta cualquier duda sobre su liderazgo y compromiso con la izquierda del planeta. Ahora bien, no todo es celebración y éxito, pues no hay que olvidar que los cachorros del imperio no descansan y prometen que para este mes de Octubre arreciaran las manifestaciones esperando que el estado en el uso progresivo de la fuerza, mate o lesione de gravedad algún incauto manifestante.
No volverán… que nadie se equivoque.