Los dirigentes políticos, no solo son los voceros de los partidos, colectivos y demás grupos que los apoyan, sino, que por su posición de responsabilidad, tienen el deber de hacer de orientar el deseos de sus colegionarios. En nuestro caso, los socialistas bolivarianos, la disciplina revolucionaria nos impone la contraposición de tesis antítesis y síntesis, para luego hendido en esa verdad científica, avanzar en pro de los grandes objetivos históricos. No así en la oposición, en ese grupúsculo abunda la arrogancia, el odio de clase y el marketing permanente de sus actores, los cuales como estrellas de una mala comedia, se presenta en los medio a decir barbaridades, unas peores que otras, pero todas en función de causar reacción en sus iguales enajenados, alienados y corrompidos.
En ese sentido la oposición deambula de la sacra ingenuidad aparente, para lo cual se toman frases bíblicas y demás argumentos devocionales mal interpretados, hasta la ira, el revanchismo, la infamia, la amenaza y el asesinato de nuestros cuadros políticos para soliviantar los ánimos y justificar cada motivo y acción por la tomar el poder.
En consecuencia la MUD es lo que es. Un grupúsculo de intereses ilimitados donde el racismo y el desprecio a los pobres es la base de todas sus acciones. Por ello pusieron al señor Jesús Torrealba al frente de la mesa y por eso este saltimbanqui de la vieja izquierda, por un lado anuncia que él es igual a Chávez y por el otro hace silencio ante los asesinatos de Robert Serra y María Herrera.
Como decía el presidente Chávez: “por más que se tongoneen siempre se les ve el bojote”, pues con el señor Torrealba se pretende construir una imagen a la usanza del vilipendiado Juan Bimba que a mitad de Siglo XX promociono AD como estrategia de captación populista. Así desde su asunción como jefe sin mando de la mesa, a sus militantes se les ha dicho que el chavismo, incluido el "Presidente Obrero", se han desgañitado atacándolo pues en el gobierno hay nervios, se temen alguna acción efectiva contra su hegemonía y dada la precaria situación económica, (impulsada por la guerra que han planteado) se siente el debilitamiento del fervor revolucionario en las masas marginales.
A buen entendedor pocas palabras bastan. Para esa gente todo aquel que no comulgue con el capitalismo parasitario, ramplón y oportunista que ellos defienden, somos marginales, brutos, chusma y monos, los cuales han de domesticar por la vía de la promesa de bienestar, riqueza y consumo exacerbado de bienes y servicios a la usanza del “American Way of Life” (Modo de vida Americano), su desgracia es que en Venezuela se acabó el analfabetismo y los niveles de conciencia hoy superan con creces a los laboratorios de guerra sucia en los que se apoyan la MUD y sus secuaces.
Así que el recule de la mentada mesa, al no pronunciarse por el asesinato de nuestros camaradas no es sino un frágil velo con el cual intentan tapar la presunta responsabilidad de alguno de sus miembros en los hechos. Por último, el sicariato es una práctica de la ultra derecha asesina, Uribe es su representante máximo aquí y allá, el que no crea que le pregunte a Ledezma, Gomez Saleh, López, Machado, entre otros ocultos pero confesos opositores criminales.
