Si hay una fecha que hace juego exacto con la oposición existente en el país, es
precisamente el carnaval. De hecho, sólo basta echar un vistazo a toda la gama de podredumbre intelectual y ética que les acompaña. Hay de todos los colores y gustos, sin importar el disfraz que llevan puesto.
Día a día podemos ver un desfile opositor a través de algunos programas de las jineteras de los medios, en donde los entrevistadores se han convertido en el Rey Momo de la acción opositora. Así vemos que ha sido en estas fechas cuando sesudos “analistas” comienzan a decir que ha llegado la hora de escoger al candidato de la “unidad”, porque según ellos, Chávez va en “picada”, pero sino existe opción “alternativa”, volvería a “ganar” por efecto de la inercia de quienes no se han puesto de acuerdo.
En este festín de dimes y diretes, cuyas bombas, y no precisamente de agua, sino de ofensas y descalificaciones surge la voz de Rafael Poleo, quien responsabiliza de lo que ocurre en el carnaval opositor al propio Presidente Chávez, acusándolo de “divisionista” y de actuar en forma “intimidatoria y disuasiva” contra los sectores “democráticos” del país. Poleo, no se te olvide que todos vimos a tu hija paseando por los pasillos de Miraflores el 12 de abril; y hoy se encuentra prófuga de la justicia, y no por hacer prácticas divisionistas sino “terroristas”. Pero por si fuera poco, aún recuerdo el “best seller” publicado por la susodicha “periodista” en donde lanzaba dardos en contra de Carmona, Pérez Recao y para usted de contar, defendiendo a ultranza al “héroe y prócer” de tal gesta “democrática”, Carlos Ortega, hoy caído y abandonado a la desgracia por sus millones de seguidores (¿los tuvo algún día?). A propósito Poleo, no será casualidad que hoy Patricia se encuentre en el mismo sitio junto con Pérez Recao y el asistente que leía en aquella infeliz tarde el decreto de disolución de los poderes públicos. A lo mejor, ahora reunidos se funden en una sola carroza y no precisamente de fuegos artificiales sino de C4. Sin duda, Chávez dividió a parte de la oposición, entre delincuentes plenamente sentenciados y otros cobardes huyendo de la justicia venezolana.
Otro de los “especialistas” lanzados en estas fechas de carnaval contra el Presidente, es uno de los individuos más funestos de la izquierda en tiempos de la IV República, ex – ministro en el último gobierno de Caldera, quién afirmó: “Chávez es derrotable”. Si por analogía aplicamos esta frase a quién ha utilizado todos los disfraces posibles, pasando por el de guerrillero, presidiario, político de cuello blanco, ministro, y hoy “periodista”, vemos que ha sido la derrota lo que ha perseguido a este peculiar personaje. Teodoro, acaso se te olvidan los muertos de El Encanto (aunque hoy digas lo contrario), tu rechazo al pueblo cuando debía asistir a eventos electorales en tus tiempos de sempiternon candidato. O peor aún, traduciendo la frase de Caldera de “sangre, sudor y lágrimás”, por el barbarismo semántico y sintáctico de “estamos mal, pero vamos
bien”; cuyo bienestar se tradujo en un aumento para aquel entonces desde Bs. 5 hasta Bs. 50 por litro de gasolina, una devaluación de más del 60% de la moneda nacional, pérdida de empleos, agudización de la crisis bancaria, 103% de inflación; hundiendo con ello a millones de familias en la más espantosa pobreza. Sin duda Teodoro, deberías escribir otro libro: “De derrota en derrota”.
La última de estas fiestas de carnaval opositor, lleva la máscara de mayor terror y muerte que ser humano alguno utilice en este momento. Tal vez por aquello de la moda y que en el fondo, ese es el mundo al cual pertenecen. Por eso la máscara de Bush parece no inmutarla en lo más mínimo. Ella tal cual, “mujer maravilla” o “gatubela”, se coloca una franela y su “jean” de marca, sin olvidar una veintena de acompañantes, disfrazados a lo rambo, para “descubrir” que existe un sector llamado Antímano en donde la pobreza afecta a muchos compatriotas. Es el clímax de la hipocresía y el cinismo. Señor ayúdalos en este carnaval a recuperar la sindéresis.
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