Carta de un chavista a Luís Penzini Fleury

Estimado compatriota simpatizante de la oposición, recibí su “Carta para un chavista”. Por supuesto, me considero uno de esos “engañados”. En nombre propio y el resto de “nosotros” me he tomado la responsabilidad de contestarle su condescendiente misiva.

Primero que todo, usted cae en un error muy típico de la oposición, líderes y seguidores por igual. Nosotros no somos pendejos, o estamos “engañados” como usted indica. Subestimar “a priori” al chavista es por una extraña razón parte del psiquis político de los miembros de la oposición.

Casi sin excepción, ustedes han sido infectados con un virus que mata de arrogancia y de un alienante complejo de superioridad. A veces me pregunto si es que han caído víctima de la guerra psicológica que el Secretario de Defensa de los Estados Unidos dice haber implementado en algunos países.

De cualquier manera, mi humilde opinión. A mí me parece suicidio político el insultar a millones de venezolanos y al mismo tiempo pedirles apoyo para salir del “rrrégimen”.

Estimado compatriota, le aseguro que no estamos “engañados”. Sabemos de la corrupción que menciona. Esta todavía abunda y es “otro” de los enemigos a vencer. Quizás gastamos demasiada energía luchando en contra de golpistas, terroristas, lacayos y cipayos del Imperio que todos sabemos abundan en el lado de la oposición. Esta lucha no la podemos evitar. La estabilidad del Estado es primordial.

De todas formas, la lucha en contra de la corrupción avanza. Por cierto, la corrupción en Venezuela no solo existe en la administración pública. La corrupción en nuestro país es mental, cultural y espiritual. Vivimos en un país donde se pregonaba hasta hace poco que algunos seres eran mejores que otros solo por ser de un nivel socioeconómico mas alto. Esto se acabó. Aun así, esta creencia es todavía una de las banderas de la oposición. Me imagino que habrás escuchado de algo llamado “meritocracia”.

Por otro lado, todos los venezolanos hemos intentado “comprar favores” de alguna deidad celestial en algún momento de nuestra vida. Esto lo hemos hecho prendiendo velas y velones, y no con acciones concretas caracterizadas por algún tipo de virtuosidad humana. Obviamente, lo primero es más fácil que lo segundo.

A este sistemático intento de soborno a seres divinos, mi querido amigo, es lo que nosotros los venezolanos consideramos “tener FE”. ¿Me explico?

Una cosa que me llama mucho la atención es la forma como ustedes (los que Chávez no ha podido “engañar”) se contradicen.

Si personalmente formas parte de la nueva Venezuela, la que no regresará al pasado, ¿Cómo es que los líderes de ustedes TODAVIA son los mismos que protagonizaron la película del 11 de Abril? Parece que se te olvidó el famoso decretico, su intención y los nombres de aquellos que lo firmaron.

Hablando de “engañados”, me gustaría saber que piensa de ese “vacío de poder”, de la desobediencia “legítima” de Altamira, d el paro “cívico”, de las firmas del Reafirmazo, de Súmate y las pruebas “estadísticas” del fraude del referéndum presidencial.

Reconocer todos los errores del pasado es algo que alguien en la oposición debe hacer para recuperar algo de credibilidad. Me parece más efectivo que luchar por “elecciones limpias” convencidos que estas serían la garantía de una victoria electoral. ¿Engañados?

¿Qué piensa de Ledezma y Álvarez Paz llamando a rebelión en nombre de “la mayoría” de los venezolanos? ¿No cree que diez derrotas electorales consecutivas sean como para poner a pensar a cualquier político inteligente? Está claro que no todos lo son. Inteligentes quiero decir.

Para terminar, mi estimado, yo si creo en la revolución. Y no porque me lo hayan repetido mil veces. Una “revolución” era algo que inclusive algunos de ustedes consideraban necesaria. La “idea” existía desde hace bastante tiempo. Solo hacía falta un líder. A Dios gracias nosotros los “engañados” tenemos a Hugo Chávez.

En la historia de la humanidad no ha habido una revolución ni una idea que se haya materializado sin un abanderado al frente. Ese es Chávez.

Ustedes en cambio, mi querido compatriota, no ofrecen ni revolución, ni siquiera una idea. La idea precede al líder. Por eso no tienen líder.

Si considera el contar votos manualmente una “revolución”, entonces no se quejen de líderes vacíos como María Corina, Mendoza, Ledezma, Álvarez Paz y los otros que “luchan” desde el exilio de South Beach.

No amigo mío. La “solución” que ustedes hablan, no será electoral. La mayoría de los venezolanos queremos seguir “engañados”.

elio@vheadline.com


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Elio Cequea


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