El comandante Chávez no se equivocó al solicitar al pueblo que apoyarán a Maduro para que llevara las riendas de este proceso y de este país. Esto lo hemos observado a lo largo de un corto pero vertiginosa experiencia en Miraflores donde ha resistido con gallardía una ofensiva opositora irracional que no se cansa de hacer lo más mínimo por destruir la revolución e ir corriendo a entregar el país al imperio norteamericano. Es una lista larga de mentiras, manipulaciones, engaños, odios, envidias, mezquindades, rencores, amarguras, guarimbas, violencia, terror y muerte. Todo un costal de veneno y trampas que se asoman en sus ojos y sus labios que buscan avivar el desaliento y las desesperanzas de todos los venezolanos y venezolanas.
Ellos albergaban esperanzas que esta guerra económica que ellos sirven como lacayos del imperio, donde han generado una serie de molestia a la familia en general, con colas y desabastecimiento, con acaparamiento y usura, con saboteo y boicot, pues se les ha revertido con mayor conciencia polítcia de un pueblo que, como lo dijo Maduro en la AN, pues se ha convertido en los mejores analistas económicos y políticos del país, mucho más que los sesudos y cavilosos líderes opositores que se cegaron por sus oscuras y malévolas intenciones de acabar con el amor de un pueblo, que es mil veces más poderoso que una detonación atómica de alta envergadura. Acá recordamos a Chávez que cierta vez dijo que la oposición para sus aspiraciones electorales sacaban todas las variantes (dinero, influencias, medios, estrategias, manipulaciones, y mil vainas más), pero nunca tomaban en cuenta al pueblo, sus sueños y los nobles deseos de dignidad. Realmente a estos apátridas nunca les ha interesado ni les interesará el pueblo, porque en el fondo ellos se creen superiores, se creen de otro planeta.
La oposición aún anda caída, sobándose el duro “gancho al hígado” por los anuncios de Maduro, todo un proyecto que se vigoriza con la inversión en el área social: aumento salarial, vivienda, pensiones, escuelas, mercales, pdvales, bicentenarios entre otros; además del estímulo a todos los venezolanos y venezolanas a sumarnos a la guerra económica. Esta guerra que ellos han generado para humillar al pueblo, para cansarlo, para desmoralizarlo, para hacerlo pelear unos contra otros y provocar un estallido social. Y eso se descubrió con los trabajos de inteligencia y seguridad. Son los mismos fascistas que desde el mismo 98, han estado detrás de una conspiración, pero estamos seguro que más temprano que tarde los brazos de la justicia los arropará.
La intervención del presidente Nicolás Maduro fue tenaz, oportuna y motivadora. Dijo muchas cosas y aclaró muchas realidades pero, muy particularmente, dijo algo que debe llamar a muchos la reflexión para que se deslastren de esa plaga de líderes opositores irracionales y sinvergüenzas apátridas y fue cuando dijo que la oposición no sólo ha fracasado políticamente sino que era lamentable su peor fracaso, el fracaso humano de la oposición… Y es que tanto jugar con candela, tanto amasijar en sus corazones maldad y violencia, se les revierte con la sonrisa de un pueblo que unido a los militares y un gobierno pueblo, se vencerá estas colas con una avanzada de fiscalización y aplicación de la ley, para derrotar esta situación inducida a donde la derecha pretende arrodillar a las familias venezolanas.