Desde un tiempo vengo sosteniendo que encarcelar a fascistas como Leopoldo López, María Corina Machado, Julio Borges o Antonio Ledezma no es la vía para derrotar a la derecha fascista que permanentemente conspira contra la Patria.
Ellos son fascistas, de eso no tenemos duda, su comportamiento durante estos años lo ha demostrado suficientemente, pero el sistema de leyes que impera en nuestro país no tipifica como delito las conductas fascistas, como las que ellos recurrentemente practican.
Por esta razón Chávez nunca planteó el camino de encarcelar a los fascistas de la oposición, no tiene sentido resucitar a estos cadáveres vivientes de la política encarcelándolos, convertirlos en mártires por los que hasta el Papa de Roma puede terminar abogando, en cualquier momento.
Ya hemos visto que después de 1 año de cárcel el “muerto político” Leopoldo López se ha convertido en el héroe por quien hasta el Presidente de los EE UU se “preocupa” por sus derechos humanos. Son muchas las tribunas del mundo en las que hoy se proclama la libertad de Leopoldo y se esgrime su encarcelamiento como “prueba irrefutable” del sistema antidemocrático y atentatorio contra los derechos humanos que impera en Venezuela.
Ahora es más fácil entender porque, a pesar de tantas pruebas, después del golpe de 2002 Chávez decretó aquellos indultos presidenciales, tan cuestionados por el chavismo de base, que eximieron de responsabilidades a los que abiertamente participaron en el golpe de abril que logró por escasas horas quebrantar el hilo constitucional y democrático.
A estos bandidos fascistas de la derecha la única manera de derrotarlos es políticamente, como siempre lo hizo Chávez. Aplastándolos con votos del pueblo como siempre lo hizo el Comandante.
Uno de los valores que ha logrado imponer el chavismo en la sociedad de nuestros días ha sido precisamente el de profundizar la democracia. No creemos que cárceles y cuerpos policiales logren contener y derrotar a los fascistas que hoy lideran a la oposición venezolana.
Que la Revolución Bolivariana no cometa el error de resucitar a los muertos políticos de la derecha fascista que lideran a la oposición.
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