En términos beisboleros, la MUD, "Mesa de la Unidad Democrática", se quedó con los campos de entrenamientos solitarios, lo que augura para ese equipo un final no muy feliz en el campeonato que se avecina y, para lo cual el analista, numerólogo y matemático Julio Borges, anunció con solemnidad que el domingo 17 de mayo era el gran "Calentamiento", como preludió a lo que sería la gran derrota que van a propinar al equipo rojo rojito en la confrontación de diciembre de este año.
El técnico del equipo amarillo no tuvo poder de convocatoria ni siquiera para su selección, mucho menos para la variopinto, dirigida por el huelguista de la LBPV, Ramón Guillermo Aveledo y (a) "El Chuo", que aun cuando se presentaron a los campos de entrenamiento la nómina del equipo se mostró indisciplinada y les dejó con los crespos hechos.
Muy mal comienzo, para un técnico o entrenador de equipo, cuando llama a entrenamientos a la selección y nadie le responde. Se supone que no tiene autoridad de ningún tipo sobre jugadores o jugadoras y eso debe llamar a reflexión a los dueños de la organización. Lo mínimo que ocurre es que lo despidan sin haber demostrado sus habilidades en el terreno.
La situación no es nada bonita, ni alentadora para quien aspiraba llenar los campos y dar una demostración de cohesión, de armonía y rendimiento del equipo, como espera un mánager que va a plantarse con su nómina, frente a un peligroso contendor.
No queremos ser aguafiestas, pero con esta demostración se nos viene a la memoria, aquel inefable forfait, que dio el triunfo a los rojos, con solo presentarse al campo, sin contendor con quien medirse. Si no se repite ese escenario entonces la confrontación pudiera ser muy desigual y las aspiraciones de levantar la "Copa" de campeones por parte de los amarillos y variopinto, estará a varios años luz. No hay peor enemigo que la desesperanza y ese fue el mensaje que dejó la pobre actuación de la MUD en el proceso electoral interno, convocado con mucha alharaca mediática, pero con muy poca efectividad real.
No hay duda que cuando se coarta el derecho a decidir, a escoger lo que más conviene y gusta más a las mayorías la rebelión se hace presente. Y la rebelión no es necesariamente el estallido de violencia, puede ser también un estridente silencio o una estrepitosa inmovilidad, como respuesta a la imposición.
Es como si un un mánager, sin dar explicación, sino por su autoridad sobre la novena envía a un campo corto a un jardín, evidentemente que el jugador obedecerá, pero no va a dar el rendimiento que sus compañeros necesitan para coronar la victoria. Así ocurrió en la MUD, el cogollo despreció la voluntad de las mayorías y aplicó el dedo en los circuitos donde según sus cálculos tienen asegurado el puesto y convocaron elecciones, en los que definitivamente saben que nada tienen que buscar y con candidatos que ni los electores conocen, de acuerdo a las opiniones vertidas en cámaras de TV, al ser encuestados por los periodistas que cubrieron la actividad. Lo más bochornoso, fue la jugada de la Pavita, que cuando le pidieron su opinión respondió con desparpajo: "Yo no se chico, porque yo soy Chavista, estoy aquí porque me pagaron, pero creo que esa gente va a tener una derrota horrible". El colmo de un miembro de mesa de la MUD. Esa abstención augura, lo que recibirán en diciembre cuando llamen a la gente a votar por Majunches, que ni siquiera saben quienes son, porque están en la lista sin más méritos que haberse bajado de la mula con 150 mil bolívares.
De verdad que es lamentable este papelote, porque el gobierno revolucionario necesita una oposición robusta, bien plantada, con liderazgo y propuestas coherentes para hacer una buena gestión. Pero que se puede esperar de una oposición, que se deja pasar strikes, como el de la chica y de paso lo que aspiraba que sería un fuego mágico para incendiar la pradera, se convirtió en un témpano, como el que encontró en su ruta El Titanic, ahora mutado en la MUD, que para males mayores, el calentamiento se le congeló.
