Leí hace poco que el pacto entre AD y Primero Justicia lo denominaban el pacto del Huevo Frito, que no solo incluye la combinación del blanco con el amarillo, sino el reparto de circuitos en las primarias y una estrategia en común para no hacer ningún tipo de propuestas para salir de la crisis, sino también una estrategia en común para enfrentar las pretensiones de liderar la oposición de Leopoldo López, que por cierto también tiene en común con el pacto del huevo frito y Voluntad popular la abstinencia en propuestas a no ser la de provocar violencia y seguir pregonando una salida de fuerza del camarada presidente Nicolás Maduro.
La verdad que el papel que juega Chuo Torrealva que ofreció retomar las calles e incorporar al pueblo en las acciones de la despedazada mesa de posición porque ya ni la O de oposición les queda, es un papel realmente patético, solo se trata de mantener las apariencias porque la matazón que tienen no lo deja ni ponerse de acuerdo para una marcha contra el gobierno y la pelea por disputarse el voto castigo y la bendición imperial para seguir recibiendo el financiamiento en dólares es sangrienta y total.
El cobarde que se entrego por miedo a que sus mismos colegas lo rasparan y lo usaran de escusa para el golpe y esta preso en Ramo Verde sigue en la estrategia de provocar violencia y conflictos que puedan calentar la calle y sueña con que los gringos logren comprar a unos cuantos militares para su tan buscado golpe institucional, por eso patea a la maltrecha mesa de posición y le sabe a mier….coles lo que ellos digan o hagan.
La envidia, la egolatría y la miseria humana entre ellos no les permite hacer mas nada que apostar al estallido social como fin ultimo y al voto castigo como fachada electoral, paro ya ellos saben la realidad en los mas de 80 circuitos es que perderán nuevamente y por eso las convocatorias a marchas, los cierres de calles, las protestas y por su puesto que se incrementarán los apagones, la escasez y la especulación y las sanciones y acusaciones gringas a mas militares.
El desafío para las fuerzas revolucionarias es atinar la puntería, defender el bolívar con medidas concretas que estabilicen nuestra economía, aumentar nuestra capacidad de producción y seguir avanzando en la construcción del Socialismo Ético, Critico, Productivo y Bolivariano; para eso es fundamental una amplia alianza de los movimientos, frente sociales y los Partidos del Gran Polo Patriótico Simón Bolívar para garantizar una victoria electoral.