La reciente condena de Leopoldo López puede ser interpretada de múltiples maneras. Partamos, en esta interpretación, de un hecho que poco se recuerda hoy día, López está preso por que se entregó para salvar su vida, según la versión de su propio padre.
Supuso erróneamente Leopoldo que después de entregarse, en pocos días, la presión popular contra un "régimen tambaleante", bastaría para salir de la cárcel convertido en el líder por excelencia de la oposición y con la Presidencia asegurada, una ilusión que desde hace un tiempo alimenta.
La permanencia de López en la cárcel y la reciente sentencia del Tribunal que lo condena a permanecer cerca de 14 años encarcelado indica que el sistema de justicia imperante ha prevalecido, más allá del poder político nacional y trasnacional que puso a López y a su gente a jugársela por la vía de la "rebelión" de una minoría que promovió el caos y el desastre dejando un saldo trágico de muertes que aún muchas familias lloran.
Supusieron, quienes promovieron La Salida, que era la vía expedita para desplazar del poder político al chavismo que desde 14 años y según parece por un tiempo más lo ocupa. Partieron de la premisa falsa de que la ausencia física de Chávez era la garantía de llegar al poder por vías violentas, olvidando el rotundo fracaso opositor del 2002, que después del 11 de abril terminó atornillando al chavismo al poder.
La reciente condena de López no hace sino reafirmar que el chavismo no está tambaleante como buena parte de los opositores se empeñan en creer. Esta condena de López evidencia que a pesar de todo el poder político nacional y trasnacional que enfrentó el chavismo en este caso, no le tembló el pulso para imponer el sistema de justicia. Sistema de justicia que tiene su pilar fundamental en la Constitución de 1.999.
La paz es el triunfo del chavismo, pero lo correcto sería decir que la paz es el triunfo de Venezuela toda. Cuando la oposición en bloque apueste de verdad a la paz a intentar cambiar lo que haya que cambiar en Venezuela izando la bandera de la paz podrían comenzar a poner en riesgo al chavismo.
Más allá de los resultados electorales del 6D, la dirigencia opositora debe entender que el chavismo tiene vigencia más allá de la ausencia física de Chávez.