En tanto la oposición continúe aferrada a esa obsesiva conducta de criticar acerbamente lo que hace el gobierno y de no reconocerle nada positivo porque odia todo lo que huela a chavismo, jamás levantará cabeza y menos tendrá capacidad alguna para tomar un segundo aire que le permita, aun cuando sea por instantes, reflexionar acerca de lo importante que significa buscar nuevos rumbos, distintas y renovadas estrategias, cuando a la vista del país está que todas las acciones que ha venido propiciando desde hace más 15 años (golpes de estado, paros terroristas de la mayor violencia, guarimbas criminales y neronianas, etcétera) en su único objetivo de salir de este proceso de cambios que se inició con la llegada de Chávez a Miraflores en 1999, concluyen en rotundos fracasos.
Efectivamente, el liderazgo opositor ha sido demasiado torpe. No ha dado "pie con bola" en su tránsito hacia la búsqueda del poder y ello ha sucedido no sólo por su persistente y deplorable irrespeto a las reglas de la democracia, sino porque no termina de entender que el país cambió 180°, que el pueblo replanteó hace rato su rumbo y encontró en el chavismo respuestas objetivas a su trágica realidad social de marginalidad histórica, con la aparición de las Misiones Sociales, a través de las cuales se le visibilizó, se le dignificó y se le han abierto efectivas oportunidades de trabajo, de acceso real a la educación, a la salud, a la vivienda, a la cultura y a la recreación, sin exclusiones y sectarismo alguno. Cifras de la ONU sobre los resultados de esas políticas sociales durante los últimos diez años, hablan por sí solas.
Vemos hora, ante el próximo evento electoral del 6/12, que de nuevo esa oposición insiste en repetir la misma estrategia equivocada de siempre. No ha cesado en su campaña de desprestigiar al árbitro electoral, sin mostrar prueba alguna de sus triquiñuelas y oscuras intenciones de torcer los resultados electorales e insiste, una y otra vez, en que no es confiable.
Se negó a firmar el compromiso de respetar los resultados que el CNE emitirá en esa fecha y sus voceros dicen, en voz alta, sin meditar sobre el grave error que cometen, que sólo reconocerá los votos que reciba de sus respectivos miembros de mesa, con lo cual anuncia, como lanzando un reto insensato al país, que muy poco le importa colocarse al margen de la ley.
¿Será que aún siguen convencidos sus dirigentes que el pueblo es pendejo? ¡Craso error en el que incurren…!
Es preocupante la conducta que asumirá esta oposición absurda que tenemos para las próximas elecciones y que deja saber con ella y quizás, sin advertirlo (dada su torpeza), la convicción plena y muy clara que tiene de perderlas, una vez más…
Por ello y desde ya, el gobierno y pueblo unidos deberemos estar muy alertas para impedir que ese irracional discurso opositor logre, de nuevo, llenar de sangre las calles de Venezuela.