Suspendemos la transmisión de nuestra pausa para informarles sobre una predicción de última hora: el gobierno de Nicolás Maduro va a caer por la falta de suministro de agua generada por la sequía, este año, 2016, meses críticos de la carestía, probablemente coincidiendo con la fecha en que se cumpla la mitad de su mandato, entre junio y septiembre. Nuestra musa, afortunadamente viva como casi ninguna para cualquier otro bufete de videntes, exaltada e irreprimiblemente feliz, se presentó en nuestro bunker en el monte para soltarnos la bomba, toda desgreñada ella. Los insuficientes esfuerzos gubernamentales para amortiguar contingencias hídricas sumará la sed al hambre, a la dura situación de consecución de provisiones, y entonces explotará el escándalo intolerable de que no hay agua en un país que flota sobre el río Orinoco, cuando no sobre el petróleo. "¡Ríos, ríos de gente furibunda!"… exclamaba; "¡Se irá!, ¡Se irá!". La calmamos, la reclinamos y le prestamos los primeros auxilios. Le dijimos que consultaríamos nuestros oráculos y luego, certificado con nuestros humildes poderes, soltaríamos al aire su pronóstico. Lo pensamos, lo vimos a través de nuestra lógica infalible de que 2+2 =4 y, sin duda, dijimos, caerá: todo ser vivo toma y bebe y, si no, muere. Los electores son seres vivos, por lo tanto preferirán no morir y a cambio expulsar al gobernante. Es cierto, ríos, ríos de propaganda inundarán el ámbito nacional e internacional con esta causa de la deficiencia vital en el momento aproximado cuando el presidente de marras llegue a la mitad de su mandato y la oposición le active el referendo revocatorio. Ya repuesta, Adriana nos regaló unas piedras mágicas (obsidiana, cuarzo, amatista, etc.), muy brillantes, cargadas de energía en la dunas del estado Falcón. No podía con su felicidad y, antes de que le diéramos el besito de despedida, desapareció.
Más videncias en Yo adivino