Que el régimen dure lo menos posible

Esa es la simple, menguada y asombrosamente ingenua propuesta de la oposición. Como propuesta social es fundamentalmente vacía. En consecuencia, como objetivo político carece de vida por naturaleza.

Socialmente hablando, gracias a las misiones el “régimen” ha establecido bases bastante sólidas. Eso se sabe. Lo confirma el hecho que la mejor promesa electoral de la oposición es “re-potenciar” las mismas. Debido a estos aciertos históricos de este tipo, la fuerza política de “el régimen” es inocultable.

Algunos en la oposición asumen que a falta de argumentos siempre son buenos viles adjetivos descalificativos. También recurren a opiniones floridas con la esperanza de disociar nuevos adeptos. Pero si se está en contra de una dictadura tan benévola, no es sencillo justificar una posición tan absurda. Al menos no con lacónicas opiniones como, “la política exterior de Venezuela está al servicio de intereses del castro-comunismo cubano”.

Opiniones sin argumentos se refutan fácilmente. Solo basta decir que muchos pensamos lo contrario. Además, ¿Será que existe un “castro-comunismo” aparte del cubano?

El desespero se nota y ya afecta la capacidad de análisis de algunos “intelectuales”. Eso por un lado.

Por otro lado, basado en el deseo que el régimen dure lo menos posible, se piden “condiciones” para ir a elecciones. No es un secreto que las condiciones NO es lo importante. Lo importante para los que piden condiciones es que el régimen dure lo menos posible. Esto lo sabe el gobierno, las autoridades electorales, la oposición y el pueblo.

Entonces, ¿por qué enfrascarnos en una negociación tan inútil? Aún cuando se les complazca todas y cada unas de sus exigencias, eso NO será suficiente para garantizarle a nadie una victoria electoral. Si así fuera, entonces si estaríamos hablando de gravísimos problemas institucionales.

Es difícil saber quien está haciendo el mejor papel de pendejo, si el CNE, la oposición o el gobierno. Muchos hasta lo han dicho explícitamente: Con elecciones “limpias” la oposición gana.

Se ha preguntado alguien, ¿Y si pierde?

Ceder en solo una de las condiciones es hacerle el juego a aquellos que piensan que con condiciones ganan. Complacerles es darle el derecho a enguarimbarse en Diciembre. En todo caso, por los vientos que soplan, con derecho o sin derecho, habrá guarimba en Diciembre.

Las “condiciones” son una falacia. Un REP depurado garantiza solo una cosa: un REP depurado. Otra falacia es la del candidato único.

Esperar que de alguna manera el 40% de las fuerzas políticas del país se conviertan en más del 50% solo porque se unen es una imposibilidad matemática. Aunque en un pasado no muy lejano el “dream team” de Súmate, Ricardo Haussman y Roberto Rigobón fue capaz de hacer milagros precisamente con números: 99% de probabilidades de fraude en el referéndum se convirtió de una manera u otra en 100%.

La oposición está dispuesta a sacrificar su integridad y su propia capacidad de discernir a cambio de que el régimen dure lo menos posible. Esa es la locura que hay que detener.

La oposición no cree en democracia. Algunos líderes lo reconocen y por eso insisten en que la solución no es electoral. Porque si de democracia se trata, el “régimen” durará el mayor tiempo posible. Eso no es difícil entenderlo.

La “solución” no es pacífica. ¿Por qué pretender que lo es? Digamos no de una vez a las condiciones. Mañana será demasiado tarde.

elio@vheadline.com



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Elio Cequea


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