Hay cosas que por más que nos las expliquen no las podemos entender, y no es porque nos cerremos a querer entenderlo, sino porque la explicación que nos dan es totalmente ilógica. Julio Borges desde hace un rato largo anda para arriba y para abajo maqueta en mano, llevando las cuentas de la Misión Vivienda, él se convirtió voluntariamente en el fiscalizador de la misión que nuestro comandante Hugo Chávez creó, para el pueblo invisibilizado por la IV República. El caso es que este señor usaba maqueta porque las cuentas de las viviendas construidas no le daban, y le cambio el nombre original de la misión por “Misión Maqueta” para desvirtuar y desvalorizar el trabajo hecho por el gobierno, mientras el aprendía a sumar para que le cuadraran las cuentas. Nicolás Madura entregaba la vivienda 1 millón.
Su propuesta de campaña fue ofrecer el Título de Propiedad a los beneficiarios, cosa que luego de ganar la Asamblea, fue su primera proclama. Y no fue sino hasta ese momento que por fin reconoció que las viviendas no eran ficticias y dijo que comenzarían a censar para proceder a entregar los Títulos.
Ahora bien, lo que da curiosidad es ¿Por qué esa fijación con la Misión Vivienda, ¿Por qué no querer continuar y contribuir con la construcción de nuevas viviendas, si le parece tan fantástica la obra hecha por la revolución. Eso es muy sabroso venir a vanagloriarse con el trabajo ajeno ¿Y los barrios y sectores populares? ¿Cuándo los va a meter en esa Ley. ¿Por qué no les solucionaron su problema habitacional en su momento y tuvieron esas consideraciones que ahora dicen que traerá está nueva Ley? Porque lo que es irracional es que estás personas que pasaron meses y hasta años, en refugios esperando su apartamento o casa, Julio Borges ahora les dé como solución para “superarse” vender su vivienda. Para las personas humildes que hemos padecido, la inclemente cuota impuesta por usureros de un alquiler, el primer paso para superarnos es obtener una vivienda propia. De verdad que hay que ser cara e’ tabla, para venir a opinar sobre el proyecto ajeno, cuando jamás se interesaron por quienes quedaban a la intemperie, con los hijos en la calle, y perdían lo poco que tenían cada vez que llovía. Ahora ya no son los lumpen, facinerosos de los cerros, ahora poseen un bien que puede traerle muchas ganancias a sus panas del sector inmobiliario ¡Qué vergüenza!.
Todavía recuerdo cuando criticaban a rabiar a Hugo Chávez porque ocupó hoteles, posadas y el Fuerte Tiuna para resguardar a los damnificados, Chávez no los mandó a las esquinas de la Autopista en carpas, como si lo hacían los adecos y copeyanos, y cuando se dignaban a otorgarle una vivienda, era una pocilga sin servicios de ningún tipo, que a la final en la siguiente vaguada cedía nuevamente
Cuando este gobierno construyó los primeros apartamentos en sectores clase media, se quejaron porque estaban metiendo a la gente del barrio a compartir el mismo aire, con la clase “de mejor familia. Ellos no los aceptaban, claro y ahora vienen con una oferta engañosa para querer sacarlos y enviarlos nuevamente al sitio de donde ellos siempre los tuvieron y nunca movieron un dedo para sacarlos. Claro ya Julio Borges multiplicó las ganancias que estos hermosos apartamentos ubicados en buenas zonas de la ciudad, podrían traerle a él y a sus amigos del sector inmobiliario, que nunca han perdonado que les trancaran el serrucho con lo de los intereses sobre intereses. O sea la deuda eterna que jamás se cancelaba por una vivienda, eso para la clase media, porque para los más humildes, cuatro paredes sin columnas y agrietadas era un castillo al lado de una quebrada.
Esos pequeños detalles son los que marcan la diferencia entre el pasado y el presente, y esperamos que sigan marcando el futuro.
