Les quedó tan mal, fue tan directa, tan sin disimulo que ya, a 24 horas se oyen décimas, cuartetos y chanzas de toda naturaleza, por doquier; por ejemplo, uno de mis paisanos al hablarle de ella me salió con lo siguiente:
Una ley para joder
propuso "espoleta"
resultó tan "choreta"
y ridícula como él.
No es para menos, los que la han leído u oído observan en sus rimbombantes artículos, entre otros, los números: 2, 15, 17, 18, 30 y 40 coinciden con la síntesis que magistralmente hacía anoche en su Diván, el camarada Jorge Rodríguez (hijo). La ley es deshonesta, reivindica la Impunidad, constituye una confesión de parte de los criminales, propicia la amnesia y eleva el autoperdón(por traición a la Patria, incendios, sabotajes y crímenes).
Es una ley, como dice mi paisano, para "echar vainas", cosa que estuvieron lejos de lograr por lo burdo y chabacano como fue confeccionada. Pero, aquella era su intención.
Como quiera que la presenten tendrá la observación del Presidente por anticonstitucional y posteriormente, ese adefesio, contará con el pronunciamiento negativo del respetable Tribunal Supremo de Justicia que, éticamente sabe donde está parado.
En todo caso, saldrán a decir que no los dejan "gobernar", hay ingobernabilidad en Venezuela y por consiguiente, solicitan intervención extranjera o se justifica un golpe de estado.
Por lo tanto, la fulana "ley de Amnistía" no es más que otro elemento que sacan al desfile en pro de una de las vías que la oposición ha buscado para salir del Presidente Constitucional Nicolás Maduro. Es decir, la vía violenta. La otra vía, la pacífica o democrática, pasa por la confrontación electoral que sería, la realización de un Referendo Presidencial, por más que den brincos buscando otra figura.
Como van marchando los acontecimientos, a la asonada militar pareciera haberla caído agua, pareciera haber perdido empuje más que todo a raíz de la aparición de la Gaceta nro. 40.845, con su Decreto 2.231(10 de feb. 2016), el cual pone en manos de la fuerzas militares y de su honor, siempre bajo el mando constitucional del Presidente Nicolás Maduro, el Petróleo, el Gas, el Oro y demás minerales estratégicos de la nación; todo lo cual deja sin aliento a la oposición apátrida que venía tocando puertas de los cuarteles para ver a quien animaba. Cortada esta vía, solo les queda la vía electoral.
Para el Referendo Revocatorio deben esperar que el Presidente cumpla la mitad de su período, recoger 4 millones de firmas, sacar más de tres millones de votos y esperar cuando menos un año para esa decisión popular. Una misión algo imposible, pues vienen mermando significativamente sus simpatías (votos), producto de lo evidente de la estafa que cometieron al ofrecer "un cambio" que acabaría con las colas y las penurias económicas del pueblo.
Está en nosotros, unirnos, unificar nuestro discurso sobre la Guerra Económica, lanzarnos a las calles con nuestras verdades, pisar el acelerador a la Agenda Económica Productiva con sus 14 motores, acompañar las 6 medidas económicas de urgencia e impulsar el Congreso de la Patria, cubriendo responsable y profundamente sus 5 objetivos, garantizando la participación protagónica y efectiva del pueblo agrupado en la veintena de sectores que sugiere la metodología del debate.
De allí que ni la ley de amnistía criminal, ni la negativa del Decreto de Emergencia Económica, ni la inconstitucional ley contra la Vivienda, ni la ley contra las Pensiones, ni ley alguna que vaya contra los derechos constitucionalmente blindados de nuestro pueblo, les permitirán volver, ni por la vía violenta, ni por la vía democrática. ¡NO VOLVERÁN!
