Como dice Walter Martínez: “acontecimientos en pleno desarrollo”
La situación en el hermano pueblo de Brasil es muy compleja. Demasiado compleja porque no solo tiene que ver con lo que pasa dentro de sus fronteras, sino que se extrapola a toda Latinoamérica. Claro, es un plan del imperio.
Contra la presidenta Dilma Rousseff no hay una acusación formal de delito o falta grave, mucho menos hay pruebas o evidencias que merezcan el juicio que le han hecho para sacarla de la presidencia de la Republica Federativa del Brasil. Pero igual, la sacaron del cargo.
Si hacemos una retrotracción a tiempos lejanos, no tan lejanos y cercanos o actuales, nos podemos dar cuenta que es un formato. Es una forma de actuación. Es la manera en que los yanquis les dicen a los pueblos latinoamericanos “Hacen lo que nosotros queremos o destruimos ese país”.
Nada nuevo bajo el sol, diría un filósofo. La historia de invasión yanqui, a prácticamente toda Latinoamérica, está escrita y documentada hasta por ellos mismos cuando desclasifican sus tropelías. No es cuento, no son comentarios, son realidades.
Pudieran escribirse miles de libros detallando cada una de las veces que los gringos intervienen en nuestros pueblos, básicamente con una idea común y un fin último: IMPEDIR EL DESARROLLO ECONOMICO Y SOCIAL, PERO SOBRE TODO IMPEDIR LA INDEPENDENCIA IDEOLOGICA EN LA CONDUCCION DE NUESTRAS SOCIEDADES.
Para de esa manera tener la plena libertad de robarse todas nuestras riquezas naturales, materiales e intelectuales, colocándolas al servicio de sus grandes consorcios que son los que en realidad mandan en ese país, ni siquiera al servicio del pueblo estadounidense que es un pueblo por demás sufrido y controlado.
El formato de los últimos tiempos es que a través de lacayos vende patrias, que por cualquier vía logran llegar a poderes legislativos en nuestros países, montar juicios y crear leyes falsas que permitan tomar el poder que no pueden obtener en elecciones.
Mención aparte merece lo de cualquier vía, ya que lo han hecho a través de elecciones amañadas, coacción del pueblo, manipulación de las economías locales y hasta por el narcotráfico.
Lo hicieron en Honduras, Paraguay, Brasil y en Venezuela están intentándolo.
El problema de Venezuela es que tienen una oposición que ni siquiera saben cumplir a cabalidad las órdenes que reciben desde el norte. Con una pelea a cuchillo entre ellos, por ser el elegido que los yanquis colocaran en la presidencia. Algo así como unos borrachos peleándose por una botella de aguardiente vacía.
Por eso el titulo. Porque en Brasil se llama Michel Temer, en Honduras se llamó Michelette y aquí es nada más y nada menos que el inefable Ramos Allup. Que lo quieren solamente en su casa, porque su entorno es exactamente como él y a las pruebas me remito.
Todos esos señores, de cualquier nombre y de cualquier país, solo son personas al servicio del imperio yanqui. Capaces hasta de vender a su madre por 15 minutos de poder y la posibilidad de amasar grandes fortunas. Así son ellos, así lo han demostrado al cansancio.
En realidad no son políticos, son agentes gringos y como reciben dinero y otras prebendas como el poder a cambio de sus posturas y actuaciones en contra de sus propios países, entonces son unos mercenarios.
Dentro de todo esto hay un tema muy importante para analizar, sobre todo los gobiernos verdaderamente progresistas de la región.
¿Por qué los pueblos, como el de Brasil y Venezuela que en estos casos son emblemáticos de lo que esta ocurriendo con el intervesionismo yanqui en la región, no rechazan masivamente esas actuaciones?
¿Por qué no han sido suficientes tantos logros sociales de los gobiernos como el de Venezuela, Brasil y aquí puede incluirse el de Argentina, para que el proletariado entregue hasta la vida para que el pueblo mismo se mantenga en el poder?
¿Realmente es tan avasalladora la campaña mediática en contra de los gobiernos mencionados o los episodios de corrupción que se han dado, la creciente criminalidad o la inacción para corregir estos temas han erosionado la credibilidad y la fe de nuestros pueblos
en su clase dirigente?
Tenemos una gran falla, Chávez ya no esta.
La perdida de Simón Bolívar como patriota, ideólogo y político, nos llevo más de 200 años para recuperarla, en tener alguien con características similares.
¿Vamos a esperar otros 200 años más? o simplemente nos ponemos los pantalones y salvamos la patria. Y no solo la patria “chica” sino la patria grande.
La clave es el pueblo. Nada puede hacerse sin la participación de las mayorías. Hay que buscar todas las formas de defender al pueblo, de entregarle sus propias riquezas materiales y espirituales.
Hay que convocarlo y conducirlo.
¿Porque Bolívar pudo hacerlo? ¿Por qué Chávez fue capaz de derrotar 200 años de indiferencia por la patria que nos dejo Bolívar?
Fácil, los convocantes y conductores tienen que tener MORAL Y LUCES, con la revolución en el corazón y en la mente.
cajeripe2001@hotmail.com