Lo que trato de razonar ahora, es simple y sencillamente una reflexión muy especulativa. Me llegó, mientras esperaba en una cola y trataba de observarla como un objeto de estudio. Ahí tal vez pueda verse, cuál es el objetivo de la derecha y cómo su política comunicacional es muy efectiva y va tras ese objetivo para lograr los resultados que desea.
Mientras apuraba el tiempo para que la cola comenzara a moverse, pensaba en la política que puso andar el gobierno de Nixon para acabar con el proyecto de Allende. Esa política se concretó en una corta frase que planteaba “hacer crujir a la economía de Chile”. Pensaba en los sandinistas después de su llegada victoriosa a Managua. Pensaba en Daniel Ortega, que no se acabó con los “contras” y en Violeta Chamorro, que es hoy un vago recuerdo, pero los “contras” se expandieron por la gran patria con otras denominaciones.
Mientras apuraba el tiempo, también se asomó a mi pensamiento la figura de Chávez. Justo ahí, se juntó todo para esta reflexión muy especulativa. En Nicaragua, tal vez el objetivo no fue Daniel Ortega y si la gente, que fue el medio para acabar con la revolución sandinista. Algo así, como el fin justifica los medios.
El caso de Nicaragua fue más o menos el caso chileno. Se enfocó bastante en la alimentación, pero haciendo chillar a la economía. No hay que olvidar, que Nicaragua era y es hoy, un país con una producción agrícola importante para atender la demanda interna, pero en Nicaragua vaciaron los anaqueles de los comercios para usar a las personas.
En nuestro caso, Chávez pudo ser primer objetivo porque era un punto de atracción y expansión de una idea. Sin querer comparar, Chávez tenía una carga o un potencial político muy similar a los líderes históricos y libertarios de América Latina. Claro, la derecha tenía a Chávez como objetivo y abría otros frentes.
Hay claridad en establecer, que Chávez era políticamente un ser excepcional. Sacarlo del juego era entonces un objetivo estratégico.
El problema del desabastecimiento viene andando desde hace largo rato porque es parte de un libreto, ya por demás conocido. Venía andando, pero comenzó acentuarse en los últimos tres años y ello me lleva a plantearme la hipótesis (especulativa), que el objetivo de la derecha hoy no es exactamente el camarada Maduro, en el sentido que pudo serlo Chávez El objetivo ahora son los venezolanos y las venezolanas y especialmente lo que están en el universo chavista.
Si el objetivo fuese el camarada Maduro, la MUD y Allup hubiesen activado o comenzado a transitar la ruta del revocatorio en enero y no ahora. Seis meses, que comenzaron a transcurrir desde el 05/01/2016 hasta el 05/06/2016, pudo ser un cálculo más o menos prudente para hacer chillar a la gente y así hacer viable la explosión social que tanto ha proyectado y promovido la derecha. Para eso, la gente es indispensable o el medio. Sin personas molestas e irritadas, no es posible la violencia para facilitar la explosión y acabar con el chavismo.
Si esta hipótesis no la considerara tan especulativa, pienso que nuestra estrategia ha estado equivocada, porque todo puede (digo puede) estar girando sobre un particular punto, que no pudiera estar concentrado totalmente en la gente. Asómenos sociológicamente a una cola y veamos cómo ese objetivo de la derecha calza perfectamente con su política comunicacional.
Mientras hipotéticamente giramos sobre un punto que no está concentrado en la gente, la derecha hace su apuesta por fabricar su punto de explosión, usando a los venezolanos y venezolanas.
Los Claps se asoma como una estrategia para revertir la política de la derecha, pero siendo parte de la respuesta, tenemos que preguntarnos: ¿Cambia los Claps el sistema de distribución y comercialización con los cuales la derecha pretende hacer chillar a la gente?