"Hoy si no hay cámara no hay candidato
y un minuto de televisión vale más que cualquier cosa."
DANIEL GUTIERREZ
La lectura del periódico me tenía tan absorto que no escuché el saludo de Anacleto, quién al verme tan concentrado optó por tocarme el hombro al repetir su saludo. "Caramba, camarita, ¿en que planeta está? ¿Ya va a aterrizar o va a dar otra vuelta por el espacio? Mientras anda por esas nebulosas fíjese si logra divisar el ego de Henry Lisandro, que parece andar por esas alturas. Jajaja, no termina de aprender, y eso que los brutos, los burros y los disociados somos nosotros, los chavistas. Durante diecisiete años ha andado de derrota en derrota y de fracaso en fracaso, y ahora, que obtiene una victoria circunstancial, en vez de aprovecharla para hacer méritos para otra, va de error en error haciendo que su efecto se esfume. Si no, analice: ¿Recuerda cual fue su primer discurso como Presidente de la Asamblea Nacional? ‘En cinco meses sacamos a Maduro’. Ahora esgrime que él nunca dijo eso. Luego desconoció al Tribunal Supremo de Justicia por lo de los diputados orientales, ofendió a la Fiscal General de la Nación y a las rectoras del CNE, se empeñó sin éxito en pasar la Ley de Amnesia Criminal y Autoperdón, y muchas metidas de pata más, que culminan con el intento de imponer a lo macho y con unas firmas amañadas y fraudulentas, un referéndum revocatorio, que sabe que no puede realizarse este año, y con una alianza vende patria con el lacayo de Almugre para solicitar la aplicación de una carta injerencista que busca una intervención extranjera. Como buen cipayo, quiere hacernos creer que no se da cuenta de lo que hace. Craso error si le creemos. Todas sus acciones forman parte de un muy bien estructurado plan en contra del pueblo, para que sea éste el que, bajo engaño, atente contra los logros de la revolución bolivariana y de sus propios intereses, y se convierta en el catirito de la película. No se puede entender como este personaje con motor de Volkswagen fundido, insista en tratar de hacernos creer que sacrificó su derecho de palabra en el Consejo de Seguridad de la OEA para que Almugre ‘activara’ la desdichada carta, que nadie sabe a que gaveta fue a parar, pero que según él, está siendo aplicada al país. ¡Qué te puedo decir!"
La conversación de toda la mañana giró en torno a la MUGRE y a estos personajillos siniestros, que se hacen llamar políticos y son tremendas sabandijas, de sus derrotas, de sus fracasos y de sus errores. De ella no salió nada nuevo porque para poder figurar en la vida tienen que existir suficientes méritos propios y estos no se logran por estar en contra de algo o de alguien, sino porque se tienen metas y proyectos, y se tratan de cumplir. ¿Tienen ellos en verdad algo que ofrecerte que pueda mejorar tu forma de vida? ¿Tienen tan siquiera la intención de detener las guerras económica y alimentaria, entre otras, con la que te tienen a monte, pasando necesidades? ¿Antepondrán tus intereses a los de ellos alguna vez en la vida o seguirán viéndote en el rol de cachifos y cachifas al que acostumbraban en el pasado? Vamos a salir de las dificultades por las que atravesamos. Para ello te necesitamos porque solos nadie puede. Nadie nos puede decir que el éxito será fácil ni que esté garantizado en tal o cual grupo. Depende de nosotros y de lo que queramos, en especial de lo que queramos por patria. ¿O prefieres un rollo de papel tualé como muchos opocetas?
Yo seguiré rodilla en tierra, al lado de quienes quieran defender la patria de sus detractores. Ya basta de excusas y justificaciones para sus derrotas, sus fracasos y sus errores; ya basta de sus mentiras y medias verdades; ya basta de que hablen en nombre del pueblo venezolano, porque yo también soy pueblo y no les he autorizado para ello. Yo también estoy disgustado, pero por la falta de mano dura contra todos esos que no terminan de entender que sus derechos terminan donde empiezan los míos. Esta es una forma de expresar mi disgusto por la crisis a la que esta oposición nos tiene sometido: desenmascarándolos, porque ya yo conozco a nuestros verdugos.