Durante mis años de escuela secundaria había una clase obligatoria que se llamaba Moral y Cívica. El principio básico que esta clase enseñaba era que la familia era la base de la sociedad.
Los años que han pasado desde entonces y la correspondiente experiencia adquirida me han forzado a llevar esa noción un paso más allá.
Si la familia es la base que soporta la sociedad, los miembros de la familia son entonces las piedras, la arena y el cemento que forman esa base. La "calidad" de estos "materiales" es entonces muy importante para el desarrollo no solo de la familia sino también de la comunidad, el pueblo, la ciudad y la nación entera.
La calidad y fortaleza de los ciudadanos puede ser el peso que limita la velocidad de crecimiento o, el motor que nos impulsará a niveles más altos. El desarrollo individual es sin duda el punto donde empieza el camino que debería llevar a un país hacia su eventual madures o desarrollo.
Considerando lo anterior, la experiencia de Venezuela durante estos últimos años se puede considerar positiva. Por lo menos ha hecho que muchos de nosotros profundicemos en áreas hasta ahora inexploradas de nuestra conciencia moral y social. En consecuencia, nuestras más profundas emociones, buenas y malas, han salido a la superficie.
Por supuesto, no hay nada de malo con mostrar nuestras bondades hasta ahora escondidas. Sin embargo, la maldad que hemos observado de un gran número de nuestros compatriotas debería ser una prueba de que algo esta realmente mal en nuestra sociedad.
Lo más alarmante es que la malicia que hemos visto no está limitada a ciudadanos de un grupo particular sea de edad, intelectual, político, socioeconómico o religioso. En esto de malicia, bastante gente esta realmente “en consenso” y tiene candidato único.
Hay una conjetura en la cual la mayoría de la gente de la oposición esta de acuerdo. Es un sentimiento que abarca nuestras emociones más oscuras y también, como sociedad, nuestras percepciones más dañinas.
La mayoría de la gente de la oposición esta honestamente convencida, desde lo mas profundo de su ser, que Hugo Chávez Frías no "merece" ser Presidente de Venezuela. Esta creencia expone a la vista la parte podrida de Venezuela.
Primero que todo, Hugo Chávez no se eligió Presidente por sí solo. El hecho es que la mayoría de los venezolanos lo han elegido Presidente dos veces consecutivas. Serían tres veces si se incluye al referéndum "reafirmatorio".
¿Cuál es entonces la razón que lo hace indigno de tan alto honor?
¿Por que será que basados en el mas básico principio democrático, de repente en Venezuela el tener el apoyo de la mayoría no es suficiente para que alguien se merezca un puesto público?
Esto nunca fue un problema durante los cuarenta años "democráticos" que precedieron 1998.
Algunos en la oposición alegan que la gente que votó por Chávez es ignorante o votan por él a cambio de un pedazo de pan. En otras palabras, los que apoyan a Chávez, o son ignorantes o son pordioseros.
Otro alegato muy común es que un "pata en el suelo" y "mediocre" como Chávez es demasiado "ordinario" para ocupar con dignidad la oficina de Presidente de la República.
Estas son las convicciones de la misma gente que presentó al país el Plan Consenso País y otro llamado “Un Sueño Para Venezuela”.
Me pregunto si estos dos planes consideraron de alguna manera la creación de oportunidades para que un "pata en el suelo", "mediocre" y "ordinario" (¿pobre?) salga adelante en la vida. Lo dudo.
Tan increíble como podría sonar, existen todas las señales de que una enmienda a la Constitución para "prohibir" que "mediocres" compitan por la presidencia es un pensamiento que entretiene la mente de algunos “intelectuales” en la oposición.
Lo que se dice sobre los que apoyan al Presidente ayuda a entender la reacción más común entre los simpatizantes de la oposición una vez que se conocieron los resultados del referendo presidencial: Si eso es lo que quieren, ¡que se jodan!
Los alegatos respecto a la "inferioridad" del Presidente también explican otra popular reacción a los resultados anunciados el 16 de Agosto, 2004: ¡Lo odio!
Hay bastante "sentimiento" en estas dos expresiones.
¿Qué es lo que más molesta a esta gente?
¿Será el que un "mediocre" llegue a tan alta posición, o es la comprobación del hecho que éxito personal y reconocimiento público no es de ninguna manera exclusivo para aquellos que se consideran "mejor que el promedio"?
Es una pregunta retórica.
El punto es que no hay nada "benévolo" en todo esto. El odio abunda en nuestra sociedad. Esa es la fuerza que mueve la posición política de muchos.
Un cambio de corazón de unos y una sincera actitud reconciliadora de otros puede crear indudablemente la energía que nos pudiera unir en una misma causa: ¡Nuestra Patria!
Luego, unidos todos podremos comenzar a construir La Nueva Venezuela.
¿Dónde empezamos?
¡Por nosotros mismos!
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