Aunque la mayoría de los países miembros de la Organización de Estados Americanos votó a favor de diálogo y el Gobierno Nacional ha manifestado su disposición a asumirlo, la Mesa de Unidad Democrática, desde la Asamblea Nacional, no está interesada en dialogar. A continuación diré porqué.
Primero. Apenas se instaló en la AN, la MUD ha jugado al golpe parlamentario a través de distintas maneras. Por ello no se preocupó por iniciar inmediatamente el Referéndum Revocatorio, sabiendo que su realización forma parte de un proceso de 243 días.
Segundo. La activación de la Carta Democrática Interamericana (CDI), mediante la promoción de lo que ha llamado "crisis humanitaria", creando a su vez las condiciones de la misma con el desabastecimiento inducido, ya sea por acaparamiento o por contrabando de extracción en zona fronteriza, es una de esas maneras.
Tercero. Activar la CDI, a pesar de que legalmente no puede hacerlo porque ello es competencia del Ejecutivo Nacional, demuestra que la AN está en perfecta articulación con el Departamento de Estado de EEUU, en aquello de calificar a Venezuela de "estado fallido" o dictadura, además de violador de derechos humanos.
Cuarto. La MUD sigue instrucciones directas de Washington o un guión que se lo dicta el Comando Sur. Prueba de ello es el documento firmado el 25 de febrero de 2016 por el almirante Kurt Tidd, jefe actual de esa unidad, donde se instó a derrocar al mandatario nacional en seis meses con la CDI contra Venezuela y acciones de calle, por ejemplo, las protestas de líderes opositores alrededor del Consejo Nacional Electoral a pesar de su prohibición por solicitud de trabajadores del CNE.
Quinto. Una prueba más de que la MUD actúa en consonancia con los Estados Unidos es la Ley de Amnistía, para perdonar, entre otros, a quienes promovieron las guarimbas en 2013 y 2014, lo cual encaja en perfecta armonía con la promulgación en 2014 de la Ley Defensa de los Derechos Humanos y Sociedad Civil en Venezuela por Barack Obama, donde se prevén sanciones a funcionarios del Gobierno venezolano por contener tales actos terroristas en Venezuela que generaron más de cuarenta asesinatos.
En definitiva, como después de transcurridos seis meses, esa oposición fracasó en destituir al presidente legítimamente constituido Nicolás Maduro, necesita un nuevo libreto, en el que, por supuesto, no va a estar la opción del diálogo sino, otra vez, la desestabilización desde el Parlamento, o el llamado golpe institucional.