“Sin la absoluta confianza en sí mismo, uno está destinado al fracaso."
CHARLES CHAPLIN
“Camarita, camarita, ¿desde cuando usted no se da un viajecito fuera de nuestras fronteras?”, me preguntó un risueño Anacleto, que al ver mi expresión de desconcierto prosiguió: “Si lo hace hoy en día se dará cuenta que el mundo no es aquel que usted y yo conocimos en el pasado, sino que con tantos cambios, causados por las guerras a las que ha estado sometido, se presenta como un lugar inhóspito para vivir. La belleza de Damasco y Trípoli, junto al museo de Bagdad y de otras tantas ciudades del mundo han sido convertida en ruinas en nombre de la ‘libertad y la democracia’ occidental. Es triste que la mayoría de nuestros compatriotas no hayan podido disfrutar de ese encanto porque los politiqueros los mantuvieron, durante más de cuarenta años, sumidos en la imposibilidad de viajar y sólo conocían fotos de esas grandes épocas. Sólo los ricos y los de la mal llamada ‘clase media’ podían viajar, porque lo hacían a costillas de la explotación de los humildes. Me causa hilaridad el que aquí sólo se ha hablado del ‘sueño americano’, un sueño hoy en día convertido en la ‘pesadilla gringa’, que ha motivado a muchos a emigrar por distinta razones, pero siempre en busca de un futuro mejor, que, en la mayor parte de las veces, de mejor no ha tenido nada. Mientras están aquí hablan paja de su patria y se van, pero cuando se da cuenta de la realidad de los países a los que se mudan, sólo se escuchan lloriqueos y lamentos. Acabo de leer una carta, publicada en España, de un descendiente de italianos que vendió todo lo logrado durante años, con el sudor de su frente, y que sólo le alcanzó para medio vivir tres meses allá; ahora está pasando mas necesidades que las que jamás pasó aquí. Y como ese, muchos que se han ido a Colombia, Costa Rica, Estados Unidos, etc., que se han visto obligados a cumplir tareas, como lavar letrinas, que nunca hubieran cumplido aquí. Otros han tenido que mendigar segundos puestos de trabajo para ver si llegan a fin de mes. Bueno, dice un sabio proverbio que nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde.”
Indudablemente el país está atravesando severos problemas, unos provocados por la abrupta caída de los precios del petróleo, y otros inducidos por la unión de la derecha apátrida nacional con la internacional, que han generado las ya conocidas guerras que nos han azotado durante tanto tiempo. Negarlo sería de necios. Lo triste es que los politiqueros de oficio tratan de convencernos de que se debe a la ineficiencia e ineficacia de nuestro gobierno, al que vemos día a día trabajando, planificando e inventando programas que signifiquen la solución, y, a pesar de los problemas económicos, importando alimentos para que lleguen a nuestras mesas a precio justo. ¿Qué aún no hay soluciones finales? Es verdad, pero se sigue trabajando en ellas y si tratamos de construir una verdadera democracia participativa y protagónica, debemos contar con tus aportes, con tus ideas, porque en la unión está la fuerza. Entiende que no es el problema de unos sino de todos.
La dirigencia de la opudrición criolla se sigue presentando como “los salvadores de la patria”, tratando de ocultar que son los mismos que en el pasado nos hicieron la vida cuadritos, que nos motivó a participar en este modelo de “democracia participativa y protagónica”, en el que se trata de empoderar al pueblo de la toma de decisiones. No es fácil, pero ¿qué es fácil en la vida? Lo que fácil viene, fácil se va.
Al igual que muchos de ustedes, se de personas que se fueron “huyendo de este régimen dictatorial” y que se han encontrado con que en sus nuevos países de residencia no pueden hacer ni la mitad de lo que hacían aquí y que allá si les obligan a cumplir con sus deberes, porque derechos ¿qué es eso? No creo que nadie se pueda acostumbrar a ser tratado como basura sólo por ser afrodescendiente o latino, cuando en su país vivían como señores. No creo que a nadie le agrade tener que buscar favores o codearse con prófugos de la justicia, no por “perseguidos políticos”, como se hacen llamar, sino por lo que verdaderamente son.
Es verdad, hay algunos que han tenido suerte, si podemos llamar suerte a la formación profesional gratuita y de calidad, que se ofrece en nuestras universidades y que es reconocida a nivel internacional, y han logrado un mediana solución a su situación. Pero si vemos la calidad de los empleos que le ofrecen a los inmigrantes extranjeros y la comparamos con la nuestra, vaya… ¿Será que en Venezuela la vida es tan mala que tenemos casi ocho millones de extranjeros, de los cuales casi seis son del vecino país Colombia? Es por una duda que tengo.
El pueblo se pregunta: ¿Será que sólo los pendejos estamos sufriendo en Venezuela cuando vemos que nuestros recién electos agentes apátridas a la AN andan en una sola viajadera? Hablan de austeridad pero… ¿dan el ejemplo?, ¿de dónde sacan tanto real para sus viajes?
Se presentan como los “salvadores de la patria” pero nosotros sabemos que en realidad son nuestros verdugos. Reconócelos.