En Venezuela atravesamos por una aparente crisis económica: nuestra moneda, a pesar de que la avala tanto oro que podríamos ser la segunda reserva probada a nivel planetario, luce devaluada frente al dólar estadounidense sin respaldo alguno. Sin embargo, la oposición venezolana dice falsamente que el país está quebrado, por eso desde la Asamblea Nacional llama a las acciones de calle, tal como Kurt Tidd, del Comando Sur, les aconsejó y como vienen haciendo desde 2002 con el Golpe de Estado.
Apenas la Mesa de Unidad Democrática obtuvo la mayoría en la AN, dejó ver que su objetivo es volver al capitalismo impuesto por el Gobierno y Departamento de Estado de los EEUU, pues se dedicó a aprobar leyes como la de Títulos a Beneficiarios de la GMVV, que privilegia el derecho a la propiedad privada sobre el beneficio social a la vivienda en desmedro de la estabilidad familiar.
Posteriormente demostró quién es su jefe al sancionar la Ley de Amnistía, en consonancia con la Ley de Defensa de DDHH promovida por Barack Obama en 2014, que absuelve a quienes asesinaron a 43 personas en las guarimbas de 2014 en lo que fue el plan La Salida.
Luego como pretendían salir del mandatario nacional en seis meses inconstitucionalmente, se les venció el lapso para activar el referéndum revocatorio. Y ahora llaman a la desobediencia civil, acogiéndose a una mala interpretación del artículo constitucional 350 y amparándose en la ayuda de los Estados Unidos para armar a grupos tan pacíficos como los rebeldes en Libia y la oposición en Siria.
En resumen, del mismo modo que el 11/A con la masacre de Puente Llaguno, bajo la excusa del RR, pretenden continuar con su "no violencia", con explosivos y francotiradores, usando el gastado discurso de libertad y democracia, como buenos gestores locales de los EEUU, para así desestabilizar y luego consentir el saqueo de las riquezas de su Patria.