Venezuela es terreno fértil para que el rumor coja cuerpo. Cuando su contenido es negativo, incendia la pradera en cuestión de muy poco tiempo. Si en el resto del mundo es igual, es algo que debemos averiguar con quienes manejan el tema de la opinión pública, pero algo nos dice que sí: que el "rumor malo" debe tener amigos y víctimas en todas partes.
En nuestro país, hemos cedido ese espacio a la derecha como también lo hemos hecho en otros campos. Y, bueno, hay que reconocerlo: ese pérfido sector ha sabido sacarle provecho a tal ventaja. Sepamos admitirlo.
Sin embargo, un "rumor bueno" parece asomar el rostro y desplazarse con sostenido trote, entre nosotros. Lo he percibido en voz de chavistas recios, chavistas moderados y antimaduristas "lai". A unos y otros he escuchado decir que "las cosas están apareciendo".
Así han definido a la menos compleja tarea que –según ellos y ellas- ha significado tener acceso a artículos básicos. Afirman que está ocurriendo en Caracas y también en otras ciudades, siendo esto último algo altamente relevante. Lo dicen con timidez y en voz baja, pero lo dicen.
Agregan que "se está consiguiendo a precios altos legales", pero de inmediato opinan que "lo importante es que se consigan".
Este fin de semana -en nuestro caso particular- no observamos mayor variación en los precios de algunos comestibles. El impacto fue mínimo. Solo unos 100 y hasta 200 bolívares de incremento. Necesario es aclarar que no en todos. Básicamente en tres de los 10 que adquirimos. Metimos el ojo a profundidad, ante la expectativa del nuevo salario que entró en vigencia el primero de este mes y el bono alimentario de 42 mil bolívares que arrancó en agosto. En todo caso, hay que permanecer vigilantes.
Activemos los oídos. Escuchémonos los unos a los otros. Las buenas nuevas podrían estar permeando la sonrisa de nuestra gente. Parece ser el tiempo del "rumor bueno".
¡Chávez vive…la lucha sigue!