Todos los actos o pasos procedimentales que deben cumplirse para realizar el referéndum revocatorio del mandato presidencial, constituyen materia de competencia exclusiva del Poder Electoral, quien conforme a lo pautado en el Artículo 293, numeral 1º de nuestra Carta Magna, establece que dicho ente está facultado para “reglamentar las leyes electorales y resolver las dudas y vacíos que éstas susciten o contengan…”; por consiguiente, dictó un reglamento en el año 2007, que prevé la recolección del 1 % de firmas de electores o lectoras inscritas, para expresar la voluntad ante el Consejo Nacional Electoral (CNE) que se active el referéndum revocatorio.
Ahora bien, si este paso previo reglamentario de recoger el 1 % de firmas forma parte integral del procedimiento legal previsto en Artículo 72 Constitucional, resultó y constituyó el más grandioso fraude que haya habido en toda la historia electoral en la República Bolivariana de Venezuela, con pruebas irrefutables presentadas y difundidas por los medios de comunicación social y voceros autorizados del PSUV, entre ellos el Dr. Jorge Rodríguez, quien habla “clarito” con su apocada sonrisa y verbo punzo penetrante; en consecuencia, cabe razonar, en principio, en función de la máxima jurídica que reza “lo accesorio sigue la suerte de lo principal”, por lo tanto, si la recolección del 1 % de voluntades como paso previo resultó fraudulento, todas las fases procedimentales subsiguientes del referéndum son írritas, nulas de toda nulidad. Al respecto, algunas personas con chispa criolla dicen “el revocatorio murió al nacer”, pero no fue así, por el contrario, no pudo cumplir la fase de gestación y murió antes de nacer, por estar preñado y no precisamente por causa de esperma sino por fraude.
Por lo expuesto, si no hay manifestación de voluntad de revocación del mandato, tal como no la hubo en el caso en comento, por ende, no hay derecho a otra fase del procedimiento. La expresión de voluntad está impregnada de vicios que violan los derechos humanos, aunado a que los actores políticos “Mudianos o Mudianeros” (de la MUD) contaminaron el acto dizque voluntario de firmas, y mintieron infamantemente ante el CNE y ello constituye un delito, haciendo un símil con la falsa atestación ante funcionario público. Asimismo, el orquestado fraude aniquiló la posibilidad de otra manifestación de voluntad de solicitud de revocación, en virtud de que el Texto Magno, en su Artículo 72, parte infini, consagra que no podrá hacerse más de una solicitud de revocación del mandato.
Por otra parte, cursan en algunos tribunales del país más de diez mil demandas intentadas por personas que se sienten mancillados, unos por plagio de su firma, otros porque sus familiares consanguíneos ya fallecidos aparecen firmando las fulanas listas del 1 %, también algunos son representantes de menores de edad firmantes, y hasta supuestas firmas de internos con sentencia condenatoria, recluidos en centros penitenciarios; además no podían faltar las archiconocidas firmas planas. Por semejante estafa electoral, el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) en atención a la facultad prevista en el Artículo 335, ejusdem, puede emitir su opinión constitucional al respecto. El pueblo soberano así lo espera. Y si hay “buen viento y buena mar” como dicen los marinos, no habrá revocatorio en el resto del periodo de gobierno del Presidente Obrero Nicolás Maduro, “Y así se decide”. ¡Aprobado!
Ante este marasmo de circunstancias, cabe preguntarse como es posible que hayan ocurrido tantas irregularidades en la recolección de una migaja de firmas, sólo el 1 %, y además hayan dejado pasar los lapsos legales establecidos para iniciar las diligencias tendentes a la materialización del referéndum, que debieron comenzar el 11 de Enero del año en curso, hasta agotar los 244 días continuos que se requieren para tal fin. Todo esto no ocurrió por olvido o ignorancia, ya que en la MUD hay políticos de verdad, inteligentes y avezados en el ruedo político; pero también hay politiqueros de poca monta y hasta con títulos universitarios supuestamente chimbos; pero en general hay personas que piensan venezolano y no gringo; pero bueno de todo hay en la viña del señor. Entonces, todo indica que debe haber a quienes no les conviene que haya revocatorio. A ellos debe atribuirse tan deslustra situación.
Por supuesto, que ante este guiso de barbaridades, los afectados claman justicia rápida y equitativa, afianzando su petición, entre otras disposiciones constitucionales, la prevista en el Artículo 3, ejusdem, que dispone “El Estado tiene como fines esenciales la defensa y el desarrollo de la persona y el respeto a su dignidad…” Bueno distinguidos lectores, al revocatorio hay que decirle “adiós luz que te apagaste, no te dejaron nacer”. ¡LOS LÍDERES NUNCA MUEREN, CHÁVEZ VIVE”! ¡CON CHAVEZ, DIOSDADO Y MADURO A LA OPOSICIÓN LE SEGUIMOS DANDO DURO”. Y hasta la próxima, si Dios quiere.