Viendo la violencia con que la oposición inicia el 2017 y la farsa con que el grupo de facinerosos que quiere derrocar el Gobierno bolivariano evade sus abiertas responsabilidades al respecto, mi consigna es una simple deducción: Voluntad Popular deja las acciones terroristas y el Comando Nacional Antigolpe deja de meterlos preso.
Si bien es cierto que grupos de revoltosos controlados por Acción Democrática, Primero Justicia, Un Nuevo Tiempo, entre otros, llevan 18 años queriendo deponer al Gobierno, aludo de momento a los terroristas liderados por el convicto Leopoldo López, porque, sin duda alguna, esta organización quiere llevarse la corona al "mejor golpista". Y cree que su posición y su discurso son santa palabra en Venezuela y el mundo y se equivocan, ese pueblo revolucionario con Nicolás Maduro en la presidencia solo quiere vivir en paz, sin el sobresalto de las arremetidas de esa gente enloquecida pretendiendo asaltar el poder.
La estructura pseudo política de marras tiene el apoyo de algunas organizaciones internacionales entre las que destacan medios de comunicación, encargados de tergiversar la información en función del derrocamiento del Presidente.
Tales aberraciones, se sincronizan con acciones como la de los diputados apátridas, que en un arrebato de manicomio, declararon, en un disparatado show mediático-político en la AN, el abandono del cargo de Maduro, y así lo pretendieron hacer ver, pero fue demasiado el exabrupto jurídico que muchos de ellos mismos no compartieron semejante adefesio, y eso lo sabe la patria de Bolívar y debe saberlo el mundo entero.
Hay que insistir en que Venezuela tiene una Asamblea Nacional en desacato que fue presidida por Henry Ramos Allup, un diputado con proceder de guapetón de barrio, que todavía cree que el parlamento nacional es una guarida de malandros y, para colmo, culmina su período y juramentan al diputado Julio Borges en otro acto írrito, que sigue su misma línea delictiva e inconstitucional.
Igualmente los líderes de la MUD se niegan a sentar en la mesa de diálogo por encima de los buenos oficios de El Vaticano y de los respetables acompañantes internacionales, insisten en el golpe y esto también hay que ventilarlo al mundo con todo énfasis.
Asumo entonces igual que siempre, una defensa incansable de la revolución, como un soldado de este proceso dispuesto a servirle al país. No podrán los terroristas de Voluntad Popular, ni de Primero Justicia ni de Un Nuevo Tiempo, en mi patria se impondrá la sensatez, tenemos un presidente de paz y ese es un pueblo pacífico cansado de tanta violencia opositora que sueña con la silla de Miraflores.
