La oposición pifió demasiado feo al creer que su triunfo en las elecciones del 6 de diciembre de 2016, significaba que, al fin, luego de 17 años de infructuosos intentos de todo calibre, hasta golpes de Estado y paros terroristas con muertos y heridos graves por cientos, había logrado crear las condiciones necesarias para desalojar en el más corto plazo a los chavistas de Miraflores…!!!
Fue un error garrafal de la dirigencia rastrera y demasiado torpe de la oposición, haber llegado a esa conclusión, porque no otra cosa fue lo que le transmitió al país y al mundo el mismo día de la instalación de la nueva Asamblea Nacional por parte de Ramos Allup como su presidente (5/01/16), quien dijo que sacaría a Maduro de Miraflores en seis meses (Ramos Allup: pondremos fin al Gobierno de Maduro en seis meses ...) y, pero peor aún, que ese mismo sujeto a menos de una semana después, el 12 de febrero, para ser bien precisos, aclaró que se equivocó, que seis meses era demasiado tiempo, que su salida será en tres meses… (Henry Ramos Allup: 6 meses es mucho tiempo para salir de este ...)
Hemos vuelto a traer el tema, porque apenas el pasado día 23 de enero esa misma dirigencia demostró una vez más que anda demasiado extraviada, pues puso en evidencia en esta ocasión, en términos patéticos, que ha perdido toda capacidad de convocatoria, pues más allá de que los medios internacionales le transmiten al mundo otra realidad, sólo logró reunir ese día, no obstante haber lanzado una campaña anticipada de varias días y muy profusa, de que esta vez haría temblar al régimen con una multitudinaria concentración, cuatro gatos (quizás no más de 200 a 300 personas, para ser generosos) a fin de hacerle entrega a su representante ante el CNE, Luis Emilio Rondón, de un ultimátum para que ese Poder del Estado dé a conocer en el más breve plazo el cronograma para las elecciones regionales y municipales que ya el propio Consejo anunció al país a finales del pasado año que se realizarán este año 2017, porque de lo contrario era impensable lo que pudiera suceder...!!!
Fue tal el desastre que vivió ese día la oposición agrupada en la MUD, que uno de sus más entusiastas seguidores y quien es, además, un experto encuestador de la opinión pública en el tema de la política, de larga experiencia, Luis Vicente León, director de Datanálisis, escribió estos mensajes durante la misma jornada: "La marcha de hoy no refleja una pérdida del tamaño de la oposición, pero si de su motivación, esperanza de cambio inminente y unidad de liderazgo (..) la oposición tendrá el inmenso reto de reconstruir el "momentum" perdido de participación social para la defensa de sus derechos políticos (..) ocho de cada diez venezolanos quiere cambio y lo quiere en paz, pero la mayoría no tiene ni idea qué hacer para lograrlo".
Más claro, imposible. El triunfo opositor del 6/12 no fue, como lo vemos, el logro de un trabajo político de altura y de trascendencia que cautivó al pueblo. Para nada, su dirigencia no manejó con seriedad, ni con una pisca, al menos, de inteligencia, que ese triunfo sólo fue circunstancial, producto de una severa crisis económica ante la caída estrepitosa de los precios de nuestro primer producto de exportación y en forma paralela, de los efectos de la atroz guerra económica desatada por quienes monopolizan en el país más del 70% de la producción y la distribución nacional de alimentos, medicamentos y otros bienes esenciales, que al igual que la dirigencia de la MUD se activaron para acabar junto con ella a la Revolución Bolivariana, guerra esa que se ha venido manifestando, como ha sido público y notorio, a través del cierre de empresas, disminución de la producción (ver informe de la economista investigadora de la USB, Pascualina Curcio de finales de 2016: Venezuela 2016: En las profundidades de la tierra), el acaparamiento y el contrabando, de lo cual hemos visto hasta la fecha cientos de casos descubiertos a lo largo y ancho del país por las autoridades gubernamentales competentes en el área, muchos de los cuales han sido dados a conocer por los canales de la televisión estatal.
Ese terrible cuadro provocó una inmensa molestia en el pueblo en general y determinó, que cerca de un millón de chavistas se abstuvieran ese 6 de diciembre y no fueron a sufragar por nadie y algo menos de 300 mil, decidieron darle su voto a la oposición y es allí donde la dirigencia de este sector ha debido detenerse para indagar el origen de ese triunfo que obtuvo y advertir que el mismo cabalgó sobre el descontento producto de esa terrible crisis.
Bajo ningún respecto significó que el pueblo chavista molesto estuviera ideológicamente convencido de que la oposición tenía en sus manos las soluciones a los problemas económicos del país, que se había olvidado del Comandante Hugo Chávez y de su legado histórico: luchar por la construcción del socialismo del siglo XXI e impedir el retorno del neoliberalismo de la mano de quienes mancillaron la Patria durante los 40 años del pacto de Punto Fijo y que había resuelto tirarse por el precipicio apoyando las corrientes neoliberales que han venido imponiéndose con el engaño y el respaldo del imperialismo yanqui en algunos poco países del Continente, tal y como ha sucedido en Honduras, Paraguay, Brasil y Argentina, cuyos pueblos hoy los vemos en las calles en protesta permanente por el atropello a los trabajadores, por el despido de cientos de miles de ellos, por la reducción de la inversión pública para fines sociales (en Brasil se aprobó una ley que prohíbe el incremento de la inversión pública en lo social por 20 años) y, entre otros asuntos de la mayor entidad, por el endeudamiento escandaloso y sin límite de sus respectivos países bajo la tutela del FMI (abrir este enlace sobre el caso argentino: Página/12 :: Economía :: "Endeudamiento desenfrenado").
Para nada los chavistas manejaron ese escenario. A la fecha de hoy, no obstante que aún se ven afectados por esa crisis inducida que, lamentablemente, no ha podido ser superada, pero que se trabaja a brazo partido para ello y que han venido viendo que todo cuanto ofreció esa oposición en ese evento electoral, como -por ejemplo- que se acabarían las colas y ellas siguen iguales, que su mayoría parlamentaria ha sancionado ilegales y reprochables leyes en detrimento de los intereses del pueblo, como han sido, a título de ejemplo, la ley de amnesia criminal y la tramposa ley para que el libre mercado le ponga la mano a las viviendas que el Gobierno Bolivariano le ha entregado al pueblo en número que ya supera el millón cuatrocientas mil unidades y que, además, ha advertido que toda su dirigencia, sin excepción alguna, se la pasa de viaje en viaje al exterior gestionando la intervención de nuestro país como vía única que visualiza para la toma del poder, dejando a un lado la búsqueda de la solución a los graves problemas económicos que afectan al país, por efecto, si duda, de la abrupta caída, como ya anotamos, de los precios del petróleo, los ha llevado a entender que la recuperación del país sólo se logra en Revolución y es por ello que hoy salen por millones a llenar las plazas y calles de la Patria para defenderla de las amenazas de una derecha prepotente y falaz que intenta arrodillarla ante el imperio y borrar del mapa a todo lo que huela a chavismo.
Es un pueblo que tiene total claridad acerca de que ese liderazgo opositor actúa sobre la base de las mentiras y los engaños reiterados, creyéndose que a partir de ambas conductas deplorables, es posible abrir los cauces legítimos para la conquista del poder.
Más claridad sobre la situación objetiva actual de la oposición es imposible que se intente ocultarla. No tenemos una bola de cristal, ni vocación de brujo, pero sí conocemos a nuestro pueblo, por lo que desde ya aseguramos, con la mayor certeza, porque también conocemos y bastante bien a esa oposición ramplona y cobarde, que su dirigencia cada día va en picada y lo único que tiene asegurado, si continúa incurriendo en el grave error de desconocer la enorme fuerza del chavismo y la plena convicción que éste tiene de que sólo en socialismo será posible no solamente garantizar la soberanía y la integridad de la Patria, sino de construir una sociedad de progreso, que garantice la paz, la igualdad y la solidaridad, es que va a desaparecer del escenario político venezolano y quedará de ella sólo el mal recuerdo de una suerte de funestos sujetos que intentaron retrotraer el país a los períodos más oscuros de su historia...