Se veía que agosto sería un mes decisivo. 2006 es un año decisivo, tanto para el proyecto bolivariano como para el gobierno que lidera el presidente Hugo Chávez. A cuatro meses del proceso eleccionario de diciembre y transitadas todas las propuestas imaginables, a cual más suicida, las tendencias opositoras del país se encuentran en el mismo punto que en el año 2001.
Durante cinco años la oposición ha militado, propiciado y fomentado la concepción de las huelgas, paros, golpes de estado, sabotajes, las guarimbas, la presencia de paramilitares colombianos. Inclusive, parte de la tendencia conspirativa ha respaldado el fenómeno del sicariato, presente en algunas regiones, lo cual ha ocasionado la muerte de aproximadamente 150 campesinos. Algunos de sus sectores han clama do por la intervención extranjera en Venezuela, concretamente de Estados Unidos.
La oposición invirtió un tiempo valiosísimo en tratar de desprestigiar, descalificar, cuestionar y deslegitimar las instituciones del Estado, entre ellas el Poder Electoral, el Poder Ciudadano y el Poder Legislativo. Parte de esa estrategia errática lo constituye el haberse aliado tan cercanamente con el poder mediático. Los medios actúan como herramientas hipnóticas, enceguecen e impiden ver el horizonte.
Otro elemento de ese andamiaje falso de la oposición lo conforma el respaldo que siempre han buscado en Súmate. No escudriñan -realmente no pueden hacerlopor la simbiosis que se ha generado con esta organización, cuáles son los verdaderos intereses de esta agrupación. El clímax para la oposición llegó cuando vieron reunida a la alta dirigente de Súmate con el Presidente de Estados Unidos.
Es incomprensible que a esta altura del año todavía la oposición no haya resuelto el problema candidatural. La gama de precandidatos, hasta ahora conocidos, no satisface las demandas de la población opositora. Ciertamente está a la expectativa. Teodoro Petkoff ha retirado su nombre. El denominado Conde del Guácharo, Benjamín Rausseo, ha lanzado el suyo. Manuel Rosales y Julio Borges dan plazo hasta el 8 de agosto para presentar su acuerdo. Así como Moisés cruzó las aguas, la oposición debe surcar los meses que faltan para diciembre con un naufragio a cuestas. El buque hace aguas.
Periodista / Prof. universitaria