¿Qué los hace lucir tan desesperados?

Algo me dice que el desespero de la derecha venezolana e internacional es consecuencia de hechos que desconocemos y que no deben ser muy buenos para el escualidismo.
 
Si como dicen, cuentan con el respaldo del 90% del pueblo ¿por qué tanto desespero en buscar vías violentas y anticonstitucionales, cuando lo lógico sería intentar ganar las elecciones de gobernadores y alcaldes para ir luego por las presidenciales? 
Algo está dentro del saco y lo que está, está patas arriba.
 
Ese desespero se ha hecho mucho más evidente en las dos ultimas semanas. En la OEA, por ejemplo, mediante un jalabolismo descarado y vergonzoso, 19 gobiernos de América se unen para atacar al país más solidario del continente, después de Cuba. 
 
Violan el reglamento, amenazan a pequeños países  públicamente  y con descaro y sabotean el discurso del representante del pais agredido. Sin embargo, no logran su propósito y hacen en menos de seis meses un nuevo ridículo.
 
Tras ello, en lugar de serenarse, vuelven a la carga pocos días después. La Triple Alianza en "representación" de Mercosur se reúne, no para discutir la ruptura de orden constitucional y el asesinato de jóvenes en Paraguay sino para sancionar a Venezuela por el supuesto autogolpe que diera Nicolás Maduro y que lógicamente, por no existir, no pueden demostrar.
 
El resultado fue bulla y más bulla. Nada que no sea una demostración de odio, un cipayismo inmoral y un ridículo desvergonzado.
Una reunión para decir las mismas pendejadas que producen orgasmo espasmódicos en los escuálidos pero que carecen de validez jurídica o efectividad política.
 
El desespero sigue creciendo en el cuerpo del escualidismo internacional y en un nuevo Concejo Permanente de la OEA (el segundo en una semana) convocado por los 19 cipayos y su amo, desconocen al Presidente y Vicepresidente del Concejo de Seguridad de la OEA y nombran dos de sus payasos en sustitución, para discutir la existencia de un Golpe de Estado en Venezuela. Esto a pesar de que el conflicto de poderes, y no un golpe de Estado, ya había sido resuelto interna y democráticamente.
 
¡Increible! La OEA discutiendo sobre un hecho inexistente y tratándolo como si estuviese en pleno desarrollo.
 
El resultado, sin embargo, no pudo ser más humillante para ellos mismos.
 
Acordaron una "setencia" que carece validez jurídica, que no es apoyada por la mayoría de los países que conforman el organismo, que no obliga a Venezuela siquiera a pararle bolas y que no establece sanción alguna. En otras palabras, como si se hubiesen reunido a jugar una partida de dominó (expresión de mi amigo Idelfonso Finol).
 
Es mucho más que obvio que están desesperados, pero ¿Qué mueve a semejante desespero? ¿Qué saben que nosotros ignoramos y que los hace actuar tan torpemente? ¿Qué los hace quitarse la careta con tanto descaro?
No tengo las respuestas, pero el olfato de este viejo escribidor le dice que en algún lado se cuecen habas.

 



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Alexis Arellano


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