(El que no haya escuchado la genialidad de esta artista, que se mantenga al margen y no deje que sus alrededores se contaminen)
Cuando se ha venido construyendo una sociedad sin valores, da igual deleitarse con la istrionidad artística de Yatzuri Yamilet, que con el intelecto de Manuel Rosales o con cualquier genialidad de los que conforman los grupo que lo secundan.
Es triste sentirse cómplice de una sociedad descompuesta a niveles tan degradantes y saber que las manifestaciones intelectuales de nuestros hermanos, es proyectada por especimenes de tan bajos instintos que las atrofian y uno siente que se extiende más allá del esfuerzo que puede hacer cualquier revolucionario promedio lleno de nobles intenciones.
No es fácil aceptar y quedarnos tan tranquilos sin preocuparnos, cuando sabemos lo que sucederá, si a tiempo no empezamos a trancar los tentáculos que nos estan deteriorando la formación de nuestro futuro.
¿Quién va a ser capaz de extender el esfuerzo más allá de las palabras que venimos escuchando desde hace tiempo?, pero que no somos valientes para detener este crimen que se esta cometiendo con un pueblo que yace a merced de una dirigencia hipnotizada, o antiparabolica.
Los que se creen dueños del país, que manejan hasta la conciencia de los manipuladores y que sabemos, no estan dispuestos a dejar espacio para que la revolución haga su trabajo de construir al nuevo hombre, no descansaran hasta conseguir su objetivo
EL HOMBRE QUE EMPUJA no puede estar persiguiéndonos con un látigo, para darnos clases de dignidad a uno por uno, los revolucionarios que están concientes que este flagelo viene arrollando y destruyendo nuestros cimientos, tienen urgentemente que agarrar sus macundales (los que los tienen) y con el pecho alzado hacer un juramento: Que no se van a dejar robar por esa cultura emergente que viene surgiendo y destruyendo la patria que heredamos de Bolívar y juramos dejar limpia a nuestros hijos.
Me niego a aceptar que mis nietos tendrán unos líderes como la representación que actualmente esta surgiendo de ese imperio macabro y viene ensuciando, socavando los valores de mi patria.
No quiero tener garitos, ni burdeles como emblemas de virtudes, construidas por el proceso que represento.
Lo que construye una revolución, es distinto a lo que estan ofreciendo los que dejaron sus principios hundidos en un fracaso del cual no saldrán jamás.
Por 10 millones de conciencia para nuestro futuro