Así como lo lees. Es verdad. Te tiendo mi mano. Dame la tuya. No te invito a que te conviertas en chavista. Yo tampoco llegaré a soñar con el capitalismo, pero anda, vayamos a la marcha por la paz este martes.
Lleva tu gorra tricolor, esa que no tiene el distintivo 4F. No importa. No es lo que importa esta vez. Yo sí la llevaré y ¿sabes? tampoco es lo que cuenta ahora. Lo verdaderamente trascendental es que vayamos. Que tú yo coincidamos en la marcha por la paz, este martes.
No vayas a mi lado. Tranquilo o tranquila. Sé que no te gustaría aparecer en una foto, al lado de un tierrúo marginal. Yo me colocaré bien lejos de tu sitio, pero lo que vale en este momento es que vayas. Que hagas presencia en la marcha por la paz, este martes.
Tu asistencia será importante, muy importante. En serio. Es un asunto de todos, todas, incluyendo a tus chamas y chamos. Por supuesto, también a los míos y a las mías. Por ellos y también por los tuyos, yo sí iré a la marcha por la paz, este martes.
Seguro que viste el video del muchacho rodeado de fuego, en Altamira. Estoy completamente seguro, de que repudiaste ese acto criminal. Estoy convencido que sí. ¿Sabes?, en eso también coincidimos. Lo rechacé desde el primer segundo. Es sencillo: no nos conviene. Ni a ti, ni a mí. Nuestras diferencias no deben dirimirse a punta de piel carbonizada. Para luchar juntos y juntos contra eso, vayamos a la marcha por la paz este martes.
Pana, podríamos estar en peligro. No sé si tienes conciencia de ello, pero es así. A la hora de que un extremista criminal decida meterle candela a todo el mundo, no solo verán a este pata en el suelo. Nooooo: también voltearán pa’ donde estás tú porque el odio y la sed de sangre desborda las pasiones homicidas. Para evitar que eso suceda, vamos a darle: juntémonos en la marcha por la paz, este martes.
Te espero allí, respetable compatriota opositor.
¡Chávez vive…la lucha sigue!