Los cabecillas de las bandas terroristas opositoras como Julio Borges, Capriles Radonski y Freddy Guevara, que son los que se la dan de más violentos, caminaron hacia un barranco sin fin y ahora están al borde del abismo agarrados de la ramita de una mata de patilla, sin embargo, temen recular y eso es lo más peligroso; desataron un odio y dijeron una sarta de mentiras a sus seguidores según la cual permaneciendo en las calles el presidente obrero, Nicolás Maduro, se iba, y ahora que se dan cuenta que no se va ni se irá, tienen un miedo espantoso de decirles la verdad.
Así como lo leen, Capriles, ese hombre que asaltó la embajada de Cuba, llamó a la arrechera y que recientemente como en un gesto de bravuconada, echonería, no se cansó de sacarle la madre a Maduro en público, tiene pavor de enfrentar al pueblo y decirle que se volvieron a equivocar. Que han sido protagonista de otro inmenso disparate que volvió a manchar en Venezuela las calles de sangre, tan solo por la ambición de llegar a Miraflores.
Guevara, cabecilla de un grupo de encapuchados violentos encargados de atacar a la Guardia Nacional y a la Policía Nacional, no es capaz de admitir ante su gente que eso es una locura que solo va a dejar las destrucciones que hacen de la infraestructura nacional, y la muerte de la gente que los terroristas bajo sus órdenes asesinan, la mayoría jóvenes comenzando a vivir.
El extremista Julio Borges intentó hacerlo, pero de una forma, digamos, estratégica, eufemística y salió con las tablas en la cabeza. Borges en la fraudulenta Asamblea Nacional dijo, hace poco, que la Constituyente se podía someter a referéndum, y casi se lo comen vivo en las redes sociales. En segundos recibió una intensa ración del odio que lamentablemente ellos mismo han sembrado en el pueblo. Por supuesto, enseguida cambió el discurso: "no queremos Constituyente", total, como lo he dicho otras veces. Son los reyes del "yo no fui", y como buen sátrapa, se marchó al parlamento europeo buscando que sancionen a Venezuela tal como hicieron los gringos.
En tales circunstancias, el país enfrenta una situación de extrema peligrosidad, debido a que estos pseudo líderes acorralados por sus propios miedos, no van a dar marcha atrás y van a seguir invitando a la gente a esas manifestaciones que terminan en repudiables actos terroristas.
De modo que en este momento tan crucial debemos apelar a la sensatez de la gente. Señor, señora, padre, madre, amigo, amiga, opositores, opositoras, venezolanos, venezolanas, son ustedes los que deben aislar a Borges, a Capriles, a Guevara y a cualquier otro de estos terroristas que llamen a mantener la violencia. Hago extensivo el llamado a los empresarios, comerciantes, asociaciones, sindicatos, grupos religiosos, a todos y cada uno de aquellos a quienes les duela Venezuela. Apartemos por un momento la tendencia política. Y pensemos en nuestra Patria.
Vamos a sincerarnos. Todos sabemos que esos llamados a protestas no son pacíficos, y tampoco han conducido ni conducirán a nada, que no sea muerte y destrucción. Si quieren sacar a Maduro, vayan a las elecciones regionales el 10 de diciembre y a los comicios presidenciales en 2018. Este es un país democrático y eso lo sabe la MUD y la oposición entera. Quedó demostrado con el triunfo que obtuvieron en las elecciones de la Asamblea Nacional. Seguir el juego a Borges, Capriles y Guevara, entre otros violentos, es continuar con la siniestra e inútil aventura que Maduro renuncie.
¡Ya basta de sangre, fuego y destrucción!
Con Maduro victorioso ¡Constituyente ya!
