Sin mediar ninguna consideración económica real que valide el origen
de los fondos prometidos, sin mencionar cual es la forma financiera de
su operación en la banca nacional, con un discurso babosamente
ridículo, tercer mundista y de alto contenido racista, uno de los
tantos candidatos de la oposición política venezolana oferta la
creación de una tarjeta de debito popular, equivalente a las latas de
cinc y a los bloques del pasado, pero con el agravante de que esta
operación implica el manejo de grandes sumas de dinero, no para el
pueblo, que al fin y al cabo recibirá las sobras del festín prometido,
sino para los eternos banqueros criollo quienes ya tienen lista todas
sus agencias para la intermediación financiera correspondiente.
Es que adeco es adeco hasta que se muera, y el inefable Manuel es
esencialmente un social demócrata cuya escasa formación moral y
política no alcanza para entender que el pueblo bolivariano no se
compra ni se vende. Por ello, su oferta electoral apenas si engaña a
algún ingenuo ignorante adeco uña en el rabo, el cual no concibe la
política mas que para enriquecerse sin trabajar y a expensas del
erario publico en flagrante detrimento de los necesitados.
En ese sentido es importante destacar que mas allá de la condenable
aptitud expuesta por el peor de los candidatos que jamás se ha visto
en elección alguna, el pobre Manuel y sus secuaces, esta francamente
inmerso en la inspiración liberal burguesa que le es propia a todos
aquello que no conciben la vida sin el apoyo de los estados unidos de
norte América o fuera de la esfera de su influencia. Por ello
insistimos que la lucha no es contra el idiota monigote disfrazado de
candidato, sino contra el dueño del circo George W Bush, quien desde
la casa blanca, dirige todas y cada una de sus acciones.
En correspondencia a lo anterior, es importante destacar que el
discurso opositor tiene tres elementos principales: la inversión
extranjera expresada en términos de privatización, la privatización de
PDVSA y la ruptura con todos los pueblos no alineados el gobierno de
USA. Para ello, partiendo de la premisa que el pueblo lo que quiere es
real, intenta chantajearlo con la creación de un instrumento
financiero del cual solo se sabe que deviene de la quinta parte de los
ingresos petroleros.
De allí que, "Mi Negra", como racistamente la llaman, servirá para que
el Estado venezolano destine 30% de las utilidades de la producción
petrolera, el dinero, será depositado en cuentas bancarias y asignado
de manera directa. Pero de acuerdo con los voceros del comando, 30% de
los recursos será usado por los beneficiarios para sufragar sus gastos
personales y 70% para invertirlo en la formación de capital, o sea, al
final la mentada tarjeta solo servirá para que los venezolanos
disfruten del 30% de su valor al año, el resto ira a enriquecer a los
bancos los cuales especularan con el dinero recibido. Adicionalmente
hay que decir que el monto dependerá del precio del barril del
petróleo venezolano y como la política liberal planteada por Rosales
es arrastrada e entreguista a los intereses del imperio, lo mas seguro
es que este baje a los niveles que tuvo en 1998, $ 5 por barril de
crudo.
Como vemos, hay están eso son los que robaron la nación, con sus caras
arrugadas llenas de frustración, con sus eternas consignas de
progreso, paz y obediencia al poderoso, con sus patotas de
sindicalistas cabilleros y peor aun con sus mentiras y menosprecio a
todo cuanto signifique dignidad y autodeterminación. Gracias a la
vida, tenemos a Chávez y a los diez millones de conciencia para
triunfar las próximas elecciones. No pasaran