Anticipo de una conspiración sangrienta ¿Hasta cuando hacen lo que les viene en gana?

Los espejitos falsos de Penn Shoenn/ Berland en las encuestas

Sin duda el imperio y sus arrastrados apátridas en Venezuela no permitirán –al menos lo intentarán- que el Presidente Hugo Chávez alcance un nuevo período constitucional en paz. Los escenarios que preparan incluyen todos los platos del menú. Estoy persuadido de que se inclinarán por aquella que en un momento determinado les ofrezca mayores garantías. Una de ellas, la que cobra más fuerza, tiene que ver con una versión corregida y aumentada del famoso grito histérico de fraude de Ramos Allup la madrugada del 16 de agosto de 2004.

La única diferencia –dolorosa y cruel- será que están en condiciones de corregir la única falla de aquel malévolo plan: la ausencia de respuesta violenta en las calles como respaldo al grito de fraude. La misma encuestadora que montó el guiso sobre el cual se montó la denuncia del fraude está trabajando para la CIA y su candidato. Penn, Schoen & Berland, firma con larga historia de servicios para la CIA y oficinas en New York, ya salió al frente con una encuesta sobre el proceso electoral del 3 de diciembre. En esta encuesta -¿hecha cómo, cuando y por quienes?- se asoma la posibilidad de un triunfo de Rosales.

Si no se supiera la historia de esta "encuestadora" no se levantaría tanta suspicacia. Pero es que conocemos la historia –especialmente la reciente- de esta firma en relación con Venezuela. Esta empresa fue la encargada de respaldar con sus "resultados" la declaración de fraude en agosto de 2004. La tarde del día 15, cuando aún no se habían cerrado los centros electorales ni autorizada la emisión de ningún resultado, esta empresa envió a las agencias internacionales de noticias los resultados de una encuesta a boca de urna según la cual el "SI" obtenía 59%. De poco sirvió –y aún sirve para mucho disociado- que tanto el CNE como el Centro Carter o la misión de la OEA desmintieran este resultado. El mal estaba hecho. Miles de venezolanos siguen bajo la sospecha de que ese día los robaron y que los volverán a robar el 3 de diciembre.

Al momento, cercano a aquel 15 de agosto, en que las encuestadoras tradicionales daban inequívocamente como ganador al "No", esta "encuestadora" hizo públicos unos resultados según los cuales la opción del "Sí" obtenía el 51% del favor popular. Varios medios se hicieron eco de estos resultados –recuerden el titular del Diario El Mundo dirigido por Kiko- y el plato estaba servido para invocar el fraude.

Todo el mundo sabe que les falló exactamente el mismo condimento ausente el 13 de abril de 2002: gente en la calle, saqueos, enfrentamientos y violencia. No sólo el eslogan de "ganamos y cobramos", sino toda la estructura de paramilitares y terrorismo en la cual han venido trabajando a lo largo de todo 2005 y 2006 indica que han aprendido la lección. Por otro lado, esta firma será de nuevo la utilizada para montar el escenario comunicacional internacional que le permita a los EE.UU. invocar la aplicación de la Carta Interamericana de la OEA. Como son absolutamente predecibles y bocones –gracias a Dios-, ya lo han anunciado. La semana del 25 al 30 de septiembre el frente de internacionalistas del equipo de Rosales, integrado por los mismos personajillos de siempre: Timoteo Zambrano, Asdrúbal Aguiar, etc., etc., tienen cita con el Secretario General de la OEA, José Miguel Insulza, para hacerle entrega de "las pruebas anticipadas del fraude en ciernes" (Timoteo dixit).

Sin duda, sólo la movilización y organización popular junto a una aplastante victoria en las mesas electorales podrá "desanimarlos". El 3 de diciembre no puede quedarse en su casa ni un solo patriota. Mientras ellos se debaten entre la "eliminación rápida del chavismo" al costo de unos "cuantos miles de muertos", o la opción de una "guerra larga y de resistencia, con núcleos urbanos y rurales armados" con el saldo terrible de muerte y violencia, los patriotas nos jugamos la patria y los sueños. En tanto a ellos los anima el odio que brota de la frustración ante los privilegios amenazados y perdidos, a los patriotas nos anima el sagrado amor por esta patria, este suelo y este pueblo. Mientras en ellos la motivación radical nace de la ambición y el egoísmo en este lado del pueblo se hornea un sueño de patria, justicia y libertad.


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Martín Guédez


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