Retrato hablado de la oposición. ¿Qué ven? ¿Qué veo yo?

Intento, una cosa que no me es fácil a mí y tal vez a ninguna persona. Pretendo a partir de 1999, después del quiebre del bipartidismo, fenómeno que no sucedió exactamente en ese momento, plantearme un retrato hablado de la oposición venezolana. Me voy con esta reconstrucción, con la finalidad de ver qué se ve luego con el retrato en la mano.

Parto de 1999, no precisamente por el éxito electoral de Chávez, sino porque es a partir de ese momento donde comienza el rostro a tomar ciertos rasgos. Al empezar a reconstruirlo, hay rasgos que parecen muy consistentes, pero no lo son. Se observan sólo en la epidermis. Por dentro, desde 1999 hacia acá, es el mismo rostro, sólo que hay ciertos rasgos que sufrieron un "cambio" a nivel de la piel en la cara, porque el perfil lleva a que nosotros vemos un "cambio", que no sucede al interior de la oposición, porque "cambiar" es su manera de permanecer con su trastorno.

Es claro, que en un primer momento y después de 1999, la oposición venezolana y su rostro lo expresaba, era como vario pinta. Se parecía a Fedecamaras, otras veces a la Conferencia Episcopal con el rasgo de Luis Ugalde y en otras muchas ocasiones, los rasgos eran de la llamada meritocracia de PDVSA. Aparentemente era la suma de estos tres elementos, pero muy adentro, era como una hija del viento. Era un "ser" absorbido en sí mismo, sin consciencia, sentimientos hacia los demás y carentes de emociones. Aunque parecían tenerlas. ¿Qué tiene un alma que carece de emociones y sentimientos, aunque los aparenta?

En su verborrea, se leí que estaban motivados por algo y utilizaban ese algo (Venezuela) como un elemento de una conducta grandiosa, hecho que es muy frecuente en una personalidad con este tipo de trastornos irreversible. Convencieron no hay que negarlo. Esa manifestación de conducta grandiosa, le facilitó aglutinar fuerzas y llegaron al poder.

Esta oposición –hoy es la misma- venía posicionada bajo el manto de una meritocracia y aún no se había patentado el término "chaviburro", pero la "sabiduría", la supuesta falta de ignorancia y la idea de tener los mejores hombres estaban en la epidermis. Si ven por ahora, un rostro muy bien maquillado, limpio, una vestimenta muy ostentosa y una verborrea muy suelta -esto es básico-, es lo que hasta ahora va saliendo de este retrato hablado. No he llegado a sus ojos y rasgo que deseo destacar en este retrato hablado.

Vean, hubo una grabación previamente pensada, ensayada y grabada, que vio y grabó el periodista Oto Neustadtl, que después él mismo puso en claro. Ya dibujo sus ojos y el sadismo violento está ahí nítidamente claro. La falta de sentimiento hacia los demás incluyendo a lo "suyos", fue evidente. Los francotiradores mataron por igual a chavistas y no chavistas que venían en la marcha de la llamada coordinadora. Nada de lástima, las personas le sirven únicamente para alcanzar su fin. ¿Ya le van viendo los ojos? En ese rasgo es que quiero colocar el centro del retrato. Esa marcha y esos francotiradores "cambio" en las guarimbas con el apoyo del gobierno.

Se les ofreció la oportunidad en el marco de este sadismo violento lo del puente Llaguno y usaron, lo que saben usar muy bien: La mentira. Casi todo el mundo le creyó esa mentira. Luego descubierta la mentira, nada de perplejidad, nada de arrepentimiento, un lamentarse, una disculpa o un sentirse culpable. La culpa no le cabe en su existencia. Así es su naturaleza.

El famoso Decreto de Carmona, cuya autoría fue repartida y responsabilidad de una meritocracia jurídica, vino a mostrarse como una señal de sadismo. Una crueldad refinada. Por favor, recuerden y retenga esa sonrisita sádica, que mostraba Carmona, cuando leían el decreto y enfocaban su cara. El goce era evidente ¿Se acuerda de esa sonrisa? El apetito era insaciable. ¡Todo!

Lo encantador, que es un rasgo que está en la epidermis, pero por dentro es otra cosa, aflora. El decreto en sí, no tiene un lazo de amor con el país, porque es un rostro que por dentro es carente de amor y de empatía. Sentían placer por la usurpación. Los aplausos en la sala era una especie de éxtasis. Aparente emocionalidad, que naturalmente no tienen.

Al rato o al otro día, los tres (Fedecamaras, Conferencia Episcopal y meritocracia) con unos militares de peones, se veía emocionada. Hacia adentro el desorden. La fase de manipulación había operado efectivamente hacia afuera, pero imagínense a tres trastornados -¿Entienden el trastorno?- para ordenar cada uno su "mundo" y después ordenarse entre ellos.

De allá acá, en definitiva poco ha cambiado. Allá eran tres rostros sin partidos políticos porque los partidos estaban quebrados y no le servían mucho al enfermo para su proceso de manipulación, mentira y sadismo, que es uno de los rasgos más característicos de este severo trastorno y un elemento para entender su falta de emocionalidad. La mentira es su único talento.

El "cambio" de coordinadora democrática a MUD, solo permitió que el trastorno, que no es sadismo, usara otra coraza y naturalmente "otro" discurso. El sadismo es un instrumento del trastorno, no es el trastorno de fondo. Si pueden recordar, observaran que nunca han reconocido sus actos y mentiras. Nunca quedan perplejos. Es un rasgo natural en este trastorno y se limitan a reacomodar la mentira anterior, porque es como natural en este trastorno. El trastornado tiene una habilidad para aparecer o verse como normal. Maneja bien sus mentiras y contradicciones. Nunca queda perplejo y a eso hay que añadirle como una oportunidad, su habilidad para confundir, tiene un elemento clave a su favor: Sus víctimas están convencidas y se dejan confundir con extrema facilidad.

Ahora son los partidos de ayer. No pretendo algar más este retrato hablado pero los acontecimientos en 2017 no dicen de un "cambio", pero su interior es el mismo. Véanle los ojos. Ayer era aparentemente tres, pero era uno –Fedecamaras, CEV y meritocracia PDVSA-. Hoy para nuestra desgracia son muchos -AD, PJ, VP, AVP, UNT- pero con los mismos ojos y el mismo mundo interior y el dueño de ayer. Hoy con su natural trastorno, disponen de un psiquiatra con el mismo mal, pero sabe administrarle una mejor dosis de sadismo, que no es su trastorno, sino un recurso de ese trastorno.

Nos mantuvieron durante mucho tiempo a las expectativas de un diálogo. No hacían ver que tenían unas condiciones y resultó ser otro acto de manipulación y mentira, que si lo ven a los ojos, podrán deducir la manipulación producida, que es su arma estratégica. La mentira es la acción para coronar su estrategia. Están como si nada hubiese pasado. Ni perplejo y si, haciendo un adecuado uso de su memoria selectiva. No se acordaran que estaba en un diálogo, pero disfruta sintiéndonos sus víctimas. No se acuerdan -es parte del trastorno-, que pedían a gritos elecciones ya o salgan ya.

¿Cuál es su objetivo? Matar para que el gobierno caiga.



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Claudio Dominguez


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