Los cretinos de siempre y sus amos imperiales, continúan deformando las trastocadas conciencias de sus súbditos criollos y demás perritos del continente.
En todo este tiempo, no solo le han mentido al mundo sobre las razones de la actual situación política, social y económica de Venezuela, sino que con sus infames declaración sin base, ni sustento, pretenden justifica a un "Tribunal Supremo en el Exilio", cuya sede está en Bogotá o en cualquier lugar del mundo, menos en Venezuela, el cual además de hacer ridículo, asegura que su legitimidad es mayor que la de nuestro Tribunal Supremo de Justicia, como si el Estado venezolano y sus instituciones se pudieran instalar a gusto de parte interesada en cualquier parte del planeta.
Tal barbaridad Jurídica, pretende sustituir la razón sustantiva que sostiene la estructura del Estado, por el más irracional e inhumano plano de ilegitimidad que jamás hayamos conocido, y aunque a primera vista su ejecutoria da risa; al analizar sus consecuencias en los aletargados que siguen apostando a la oposición trastocada y enferma, la verdad es que se evidencia un aumento en los niveles de odio en contra del gobierno revolucionario y a quienes le apoyamos, defendemos y seguimos.
Veamos, a excepción de algunos medios veraces de comunicación, las mayorías de las empresas privadas de información, dentro y fuera del país, luego del patético juicio advenido en show, intentaron hasta el cansancio, posicionar como verdad la payasada del antejuicio de mérito.
En ese sentido, es menester destacar que el mensaje y el meta mensaje impuesto, fue direccionando hacia la masa opositora, las cuales, gracias a su bajos niveles de conciencia política, social y jurídica, y a la pobreza discursiva de su dirigencia, maniobrera, entreguista y mal intencionado, hizo que mucho de ellos, se creyeran el cuento posicionado por la prófuga de la justicia Luisa Ortega Díaz y los desdichados jueces de pacotillas.
Afortunamente y a despecho de los desprestigiados Diputados de la A.N en desacato, ni siquiera la declaratoria de antejuicio de mérito contra el Presidente Maduro ratificada por ellos, logró mover en absoluto a los violentos.
Por ello solo nos resta decir, el día 20 de Mayo, la Venezuela revolucionaria y democrática ira a las urnas a ratificar la continuidad del Presidente Maduro y la Revolución Bolivariana en el poder. De eso no tenemos ninguna duda, pero sin ánimo de triunfalismo seguiremos trabajando hasta lograr su concreción.
Bienvenida la oposición seria y democrática. Las condiciones están dadas, vamos a elecciones con el mismo CNE que reconoció en el poder a la AN, los gobernadores de oposición y los Alcaldes que dichas contiendas ganaron. Ya basta de tanta violencia, es hora de la sensatez y las propuestas en favor de todos; del debate político de altura y de los acuerdos necesarios para salir de esta espantosa crisis del capitalismo, la cual ha sido inducida por el malandraje opositor contra toda la patria sin distingo de credo, raza o color político.
En ese orden de ideas, es menester reconocer que el Presidente Maduro ha dado muestras más que fehacientes de su vocación por la Paz y por la Vida. Por ello es un triunfador cuya arma es la Paz. Él ha dejado claro que es un socialista convencido, un demócrata probado y comprobado y sobre todo, un revolucionario consiente que el carro de la historia lo mueve el debate y el acuerdo, la dialéctica de lo concreto y la sublime utopía por la construcción de un mundo mejor.
En ese sentido, nosotros, los que somos todos con Chávez y Maduro, no hemos ocultado nada, hemos sido transparente en todas nuestras praxis, hemos debatido con el pueblo nuestra bitácora: El Plan de la Patria. Y a pesar de los inclementes ataques propinados por los apátridas y cipayos de siempre, continuamos junto al Presidente Maduro, porque somos Bolivarianos, Chavistas y verdaderamente Revolucionarios.
Maduro es pueblo, es el producto de ese pueblo consiente y arrecho, ese pueblo al que no le asusta, ni los imperios hambriento de sangre, ni los cretinos y sus criterios enajenados que promueven la devastación de toda esperanza por un mundo mejor.